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Poema de exhortación piadosa: Maqṣūrat al-ŷawhara de Abū Madyan. Traducción y notas
Al-Andalus Magreb, núm. 23, pp. 93-126, 2016
Universidad de Cádiz

Artículos

Al-Andalus Magreb
Universidad de Cádiz, España
ISSN-e: 2660-7697
Periodicidad: Anual
núm. 23, 2016

Publicación: 30 Enero 2016

Resumen: El presente artículo tiene como objetivo presentar por primera vez una traducción a una lengua europea, el castellano, de la Maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’ de Abū Madyan. Se trata de una obra poética compuesta por 120 versos, dedicada a la exhortación piadosa (al-waˁẓ). El texto se enfoca principalmente en lo religioso, partiendo del Corán y la tradición del Profeta, para la edificación de los asistentes. La traducción se acompaña de un conciso comentario histórico y literario con el fin de dar una visión global de la prédica aplicada en al-Andalus y el Magreb, y asimismo mostrar el estado presente de los estudios que la Maqṣūra ha originado.

Palabras clave: Abū Madyan, Siglo XII, Al-Andalus, Magreb, Admonición.

Abstract: : This article aims at presenting, for first time, a translation into an European language, Spanish, of Maqṣūrat al-jawhara ‘the Pearl’ of Abū Madyan. It is a poetic work consisting of 120 verses, dedicated to the pious exhortation. The text focuses primarily on religion, based on the Koran and the tradition of the Prophet, for attendees building. The translation is accompanied by a concise historic and literary commentary. Its main purpose is providing readers with a general overview of preaching, applied in al-Andalus and the Maghreb. Likewise, the present state of studies that the Maqṣūra has originated.

Keywords: Abū Madyan, 12th Century, Al-Andalus, Maghreb, Admonition.

ملخص: يسعى هذا البحث إلى تقديم ترجمة إسبانية لـ »مقصورة الجوهرة « لأبي مدين، فهي أول ترجمة إلى لغة أجنبية. هي قصيدة وعظية يصل عدد أبياتها إلى 120 بيتاً. وانصب اهتمام الشيخ أساسا على القرآن الكريم والحديث في عرض أفكاره بهدف تربية رواد مجلسه. وسنعالج هذا الموضوع من خلال تمهيد ومحورين: نبسط التمهيد للتعريف بصاحب المقصورة، والكشف عن أسلوبها الأدبي. ونفرد المحور الأول لعرض نبذة تاريخية ميسرة عن حركة الوعظ في المغرب والأندلس. ونخصص المحور الثاني لترجمة النص، وقد أعملنا جهدنا في تتبع مختلف المصادر التي وقف عليها الشيخ.

الكلمات المفتاحية: أبو مدين, القرن الثاني عشر الميلادي, الأندلس, المغرب, وعظ.

POEMA DE EXHORTACIÓN PIADOSA: MAQṢŪRAT AL-ŶAWHARA DE ABŪ MADYAN. TRADUCCIÓN Y NOTAS

Ahmed SHAFIK*

Universidad de Oviedo

1. Entrada

El texto que aquí se traduce enteramente es una obra poco conocida de Abū Madyan. Se trata de un poema de exhortación piadosa, admonición o waˁẓ. El maestro andalusí-magrebí es uno de los sufíes, capaz de reflejar su doctrina tanto en verso como en prosa. En efecto, cultivó creativamente la poesía, apoyado en su conocimiento de corrientes poéticas y literarias, tanto populares como cultas, empleando un modelo de lenguaje especialmente eficiente para la transmisión de su experiencia vivencial. Con un mejor conocimiento de la historia del sufismo, fue Abū Madyan quien, al contrario de la opinión de F. Corriente, se mostró como un pionero al introducir en su obra poética la moaxaja y el zéjel en el campo místico([1]).

Alejado del carácter espiritual que caracteriza la mayoría de su obra poética, Abū Madyan aquí hace las veces de un wāˁiẓ ‘maestro/predicador’, lo suficiente preparado y maduro para revivificar los sentimientos religiosos de los asistentes. Entre los temas tratados en maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’, fundamentalmente religiosos, destaca el cumplimiento de las normas del Islam, la compañía de los sabios, la disciplina ascética y el interés por el estudio. Muchas otras cuestiones cobran carta de naturaleza en este poema que brinda diversos ejemplos de la práctica de piedad, pero en este trabajo me restringiré a ofrecer la traducción del texto, a cuyas notas remito al lector.

En otros estudios he tratado con pormenores la biografía de Abū Madyan([2]). Nació hacia el año 509/1115-16 a orillas del Guadalquivir, en la fortaleza de Cantillana, al noreste de la ciudad de Sevilla. Buena parte de su vida transcurrió en Bugía, una ciudad situada en la costa argelina, donde propagó sus enseñanzas. En 589/1193, murió cerca de Tremecén (Argelia), ciudad que se ha convertido en centro espiritual, donde se formaron ilustres sufíes que siguieron la huella del maestro sevillano.

Sus principios doctrinales tuvieron una influencia de gran envergadura en el pensamiento sufí, según la información transmitida por los hagiógrafos contemporáneos, las fuentes posteriores, y especialmente los comentarios de Ibn ˁArabī (m. 1165/1240), que se declara seguidor de sus enseñanzas y uno de sus discípulos indirectos([3]).

La obra poética del maestro de Bugía fue objeto de varias ediciones, reimpresiones, traducciones y estudios al menos desde el año 1938([4]). Pero no fue hasta el año 2011, cuando Q. Suˁūd y S. al-Qurašī editaron por primera vez Maqṣūrat al-ŷawhara, a base de un solo manuscrito, núm. 6921 , de al-Jizāna al-Ḥasaniyya en Rabat([5]). Su publicación no ha despertado el interés de los estudiosos. Unos años después, tuve la oportunidad de hallar en Trípoli (Libia) otro manuscrito de la Maqṣūra, más completo, que aporta otros 14 versos. Este hecho me motivó para realizar una nueva edición crítica que amplía el texto y también inscribe las fuentes y paralelismos, incluye concisas notas sobre citas coránicas, hadices y personajes, ausentes en el poema ya publicado, y se anotan las variantes([6]).

Sobre la autoría de Abū Madyan, no hay sombra de duda de su autenticidad, conforme bien expone la entrada al poema: «Esta es una maqṣūra del šayj, el gnóstico, Sīdī Abū Madyan»([7]).

2. Los predicadores (wuˁˁāẓ) en el occidente islámico

La práctica de prédica y exhortación ha gozado de un desarrollo significativo en el Oriente islámico([8]). La producción escrita de la actividad no solo se limita a ulemas, ascetas y místicos([9]), sino que incluye también a célebres literatos([10]). De estos escritos, basados fundamentalmente en el Corán, colecciones de hadices y transmisiones de compañeros del Profeta e insignes sabios de época temprana, se desprende una exhortación a la dedicación a la vida de piedad, virtud, ejemplos de conducta, ascesis, con constante mención al premio del paraíso y al castigo del infierno. Para llevar a cabo esta práctica, los predicadores, desde una perspectiva pedagógica, emplean insistentemente el procedimiento de al-targīb wa-l-tarhīb ‘motivación e intimidación’, procedimiento que se ha convertido en género propio en la literatura de índole religiosa([11]).

Según los datos ofrecidos por la literatura hagiográfica y los repertorios bibliográficos en al-Andalus y el Magreb, se aprecia la existencia de diversos virtuosos, calificados de wāˁiẓ (pl. wuˁˁāẓ) y se hace mención expresa a su pensamiento religioso([12]). Bien sabido es que Abū Madyan ejercía la función de wāˁiẓ en las reuniones de prédica, sistemáticamente organizadas en su zagüía, conocida localmente como rābiṭat al-Zayyāt, incluso en su propia casa, invitando a la multitud al arrepentimiento y conversión (al-tawba wa-l-ināba)([13]).

Tres siglos antes, el libro de Riyāḍ al-nufūs [Jardín de almas] da constancia de la actividad de los predicadores del norte de África. Sirva de ejemplo, Saˁīd ˁAbd al-Salām Saḥnūn (m. 240/854), autoridad de la doctrina mālikī en el Magreb, conocido por sus exhortaciones, vida austera y adhesión al rábida de al-Mustanīr, cerca de Susa. Muchos de sus adeptos fueron célebres por exhortación y ascesis. Entre ellos, sobresalen dos poetas alfaquíes, Aḥmad ibn Abī Sulaymān Dāwūd al-Ṣawwāf (m. 291/903) y Abū ˁAbd Allāh Muḥammad ibn Zarzar, muerto en el mismo año([14]).

Al-Tamīmī redacta tres biografías de predicadores, de los cuales recibió educación espiritual en Fez, sin mencionar el año de defunción: primero, el alfaquí Abū ˁAbd Allāh Muḥammad ibn Yabqà: «Recita poesía acerca de la ascesis, escrupulosidad y exhortación piadosa»([15]); segundo, ˁAmmūr al-Baṭṭāṭ: «Enseñaba el libro de Iḥyāˀ [Revitalización] explicándolo al modo de los sufíes. Fue también un predicador del cual se recibe exhortaciones»([16]); y por último, Abū ˁAlī al-Jarrāṭ: «Tanto los alfaquíes como los ulemas de su tiempo le veneraban y escuchaban sus exhortaciones»([17]).

Al-Ṭāhir al-Sadafī ofrece la biografía de un predicador de su época en el Magreb, su nombre es Abū al-ˁAbbās Aḥmad ibn ˁUbayd Allāh, conocido como al-Fāyada (m. ¿?). Dice de él: «Se dedicaba a predicar la ascesis y los relatos que suavizan el corazón (al-raqāˀiq). Exhortaba a la multitud en su mezquita»([18]). Ibn al-Zayyāt al-Tādilī, por su parte, recoge la biografía de algunos predicadores que ejercían su actividad en varias rábidas. En la rábida de Šākir, predican Abū Mahdī ibn Ŷilldāsn (m. 560/1164 aprox.) y Abū Muḥammad Tīliŷī (m. 605/1208)([19]); en la rábida de ˁAraba, Abū Walŷūṭ (m. 608/1211 aprox.)([20]); en el monte de Raŷrāŷa, Abū Zakaryā ibn Yaḥyà ibn ˁAlī al-Zawāwī (m. 611/1215), que reducía sus admoniciones a la mención del infierno y los horrores del día del Juicio, hasta que Abū Madyan le recomendó: «No hagas que el público se desespere, y recuérdale la buena retribución de Dios»([21]); en la mezquita del alcázar, los viernes, Ibn al-Ḥaŷŷām al-Wāˁiẓ (m. 614/1217)([22]); y por último, la audiencia de Abū Isḥāq al-Mayūrqī al-Wāˁiẓ en Fez([23]).

En un pasaje interesante, Ibn al-ˁArīf nos habla de los predicadores itinerantes en al-Andalus, arrojando luz sobre su formación científica y su cultura religiosa:

[Un compañero] se había encontrado con una comunidad espiritual (qawm) en uno de los llanos desiertos, a los que no se les prestaba atención cuando entraban en los pueblos, no se les conocía de nada, tan solo se dedicaban a la plegaria (duˁāˀ) para el bien de los musulmanes. Me habló sobre uno de ellos que memorizaba el libro de al-Bazzār([24]) sin escapársele ni una palabra y conocía perfectamente la ciencia de la lengua árabe y las lecturas [coránicas] (ˁilm al-ˁarabiyya wa-l-qirāˀāt), la ciencia de los dictámenes (ˁilm al-fatāya) de la escuela (maḏhab) de Mālik([25]) hasta especializarse en este campo de saber. Todos son doctos en la ciencia de los estados (aḥwāl), moradas (maqāmāt), indicios de los comienzos y finales, los diversos preceptos y el aislamiento para dedicarse a rezar por la gente con misericordia y presencia divinas([26]).

Es importante también tener muy presente la introducción de la literatura de exhortación piadosa de origen oriental que debió de influir sobremanera en el desarrollo de este género([27]). Valgan un par de ilustraciones, el primer ejemplo alude a la emulación y comentarios de un poema de Abū al-ˁAlāˀ al-Maˁarrī, titulado Malqà al-sabīl [Encuentro de caminos]([28]); y el segundo, la imitación de las prédicas de Ibn al-Ŷawzī (m. 597/1116) transmitidas en al-Andalus por el célebre viajero valenciano, Ibn Ŷubayr (m. 6 1 4/1217), quien frecuentó sus sesiones en Bagdad([29]). Uno de sus imitadores fue Abū al-Mutarrif ibn ˁAmīra al-Majzūmī (m. 658/1259), como bien reflejan las palabras de al-Marrākūšī (m. 703/1303): «Tiene escritos de exhortación piadosa al modo de Abū al-Faraŷ ibn al-Ŷawzī»([30]).

Para concluir este apartado, es importante recordar que esta actividad de exhortación piadosa no reglamentada, en contraposición a la que se realizaba en las mezquitas en ciertas ocasiones, como la oración del viernes, suscitaba recelo y desconfianza en los ulemas más estrictos. En efecto, los gobernantes temían que esta clase de admoniciones adquiriesen una funcionalidad política que sirviera de respaldo a un nuevo papel social para el predicador en contra del poder establecido([31]).

3. Temática de la obra

Maqṣūrat al-ŷawhara de Abū Madyan es, fundamentalmente, un poema dedicado a la admonición y guía (al-waˁẓ wa-l-iršād), una clase de discurso religioso que habría alcanzado cierto esplendor en el occidente islámico, como queda dicho antes. Se trata de una colección de sabiduría condensada, avisos y exhortaciones en verso, generalmente breves y fáciles de recordar, con el fin de guiar rectamente al auditorio.

La sabiduría que predica Abū Madyan viene de la tradición profética, su principio es el temor de Dios, forma al común de los fieles y procura la felicidad en esta vida y en la otra. Los temas más diversos son abordados sin concierto y con reiteraciones: ordenar el bien y prohibir el mal, desdén hacia el mundo y sus vanidades, ascesis, etc. El maestro de Bugía propone una aplicación moral que sirve de reglas de conducta, se muestra fervoroso del culto e insistente en la búsqueda de la sabiduría. Se siente enormemente orgulloso de los eruditos musulmanes; se detiene sobre todo en los tradicionistas y los maestros sufíes y recuerda sus instrucciones y enseñanzas. Pone el acento también en la fe en una retribución de ultratumba, y esta fe estará adherida a la creencia en la resurrección de los muertos, ya que en la visión tradicional del Islam, afín en gran medida a la mentalidad de los beduinos árabes, no concibe una vida del espíritu separado del alma carnal. Por tanto, los fieles, rodeados de toda suerte de placeres, disfrutarán eternamente junto a Dios y Su Profeta, y los impíos, a la inversa, recibirán un castigo ejemplar.

El papel del wāˁiẓ ‘predicador’ depende considerablemente del dominio de la técnica oratoria y de su capacidad para cautivar la atención a base de uno de los recursos coránicos, conocido en la retórica árabe como antítesis: al-targīb wa-l-tarhīb ‘motivación e intimidación’, o lo que es lo mismo, al-waˁd wa-l-waˁīd ‘promesa y amenaza’, a saber, despertar el anhelo (a los placeres del paraíso) e infundir miedo (por el castigo del infierno). Lo que viene a ser en lenguaje más desarrollado en la vía sufí, al-jawf wa-l-raŷāˀ ‘temor y esperanza’([32]). La antítesis dibuja el diseño interior del poema y se adiciona a la comparación. Es un recurso magistralmente empleado en la Maqṣūra. Ostenta carácter marcadamente parenético y práctico.

Parece evidente de la lectura del poema que Abū Madyan enfoca su exhortación apoyándose en el Corán y en la tradición del Profeta, corpus alrededor del cual crea y desarrolla la experiencia religiosa. Las admoniciones son un collar de perlas en cuyo brillo trasluce tanto la espiritualidad del Šayj como su arquetipo y noción de la vida religiosa, estrechamente vinculada a la ascesis. En efecto, la Perla de Abū Madyan nos proporciona nutridos datos acerca de su aprendizaje, formación religiosa y espiritual, cultura literaria, y especialmente, sus lecturas. Para citar solo unos ejemplos, referencias de al-Muwaṭṭaˀ (Camino fácil) del imán Mālik (m. 179/795), Iḥyāˀ ˁulūm al-dīn [Revitalización de las ciencias de la religión] de al-Gazālī (m. 505/1111), versos inspirados en Abū al-ˁAtāhiya (m. 211/826) e Ibn al-ˁArīf (m. 536/1141), y reminiscencias de otros escritos de Abū Madyan. Todo esto contribuye en la elaboración de la Maqṣūra. Este punto de las fuentes, tan importante, quedará exhaustivamente señalado en las notas a pie de página.

Ofrezco aquí una posible división de la obra, habida cuenta de que Abū Madyan no establece ningún orden en la exposición, y en algunos versos aparece más de un tema:




4. Conclusiones

El recorrido que hemos diseñado para el presente trabajo, pasando por la vida del Abū Madyan, el movimiento de los predicadores (al-wuˁˁāz) en el occidente islámico, y por la temática de Maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’, demuestra que el tema de la exhortación piadosa (al-waˁẓ) está directamente afín al programa de prédica del Šayj. La obra hunde sus raíces tanto en el Corán como la tradición del Profeta. Se hace eco de la expresión coránica con su terminología e imágenes, a los que Abū Madyan alude con profusión. La Maqṣūra cobra una importancia significativa por dos razones: 1) la capacidad creadora del Šayj de Bugía al emplear el recurso de la intertextualidad en el género poético, especialmente de índole antónima, remitiendo continuamente a aleyas concretas con esmero cuidado; 2) una vez más se puede comprobar la relevancia de Abū Madyan. Sabe reflejar a la perfección el mensaje, utilizando aquí un lenguaje accesible a un público más amplio, y no solamente a los sufíes, lo que confirma el gran número de sus adeptos. Pero al mismo tiempo, plantea el problema de la posibilidad de un discurso reformador, lo que sin duda suscitó la sospecha del régimen almohade.

5. Traducción de la obra

A continuación daremos paso al trasvase del poema. Para la traducción del texto se hace uso de mi edición crítica, publicada en la revista Alhadra, edición que cuenta con el manuscrito de Trípoli occidental, n. º 48 , conservado en Maktabat al-Awqāf, junto a la reciente edición del Dīwān([33])

[1/a] Abū Madyan Šuˁayb al-Gawṯ dijo:

1. Maqṣūra que llamé la Perla,

pulimento para mentes oxidadas([34]).

2. No tomes por compañero

salvo a quien te guíe al buen camino.

3. No te fíes de la vida,

es un veneno mortal que no tiene cura([35]).

4. Quien con ansia la desea,

no se espera su mejora y salvación.

5. Quien no practica la ciencia y el saber

a los insectos de la tierra se parece.

6. Quien no pide consejo a los sabios y piadosos,

de arrepentimiento arde su interior([36]).

7. Quien no aparta la vista de lo prohibido,

en su corazón no hallará más que oscuridad([37]).

8. No tenemos morada sino las letras,

ni saber que el permitido([38]).

9. Guarda las provisiones para una tumba solitaria,

donde el hombre pierde lo conseguido.

10. Haz buenas obras para el día del Fallo,

serás recompensado en la muerte y el encuentro con Dios([39]).

11. Hermano, aférrate al arrepentimiento, paciencia,

silencio, ayuno y vigilia([40]).

12. Aférrate al retiro y la reflexión

para no decir lo que sufrimiento origina([41]).

13. La muerte de repente viene,

bien por la mañana o al final de la noche([42]).

14. Arrepiéntete del pasado y toma la iniciativa

para lo que te queda de una vida en curso.

15. Despiértate, tú que duermes, distraído,

busca el conocimiento y medita([43]).

16. Sigue el camino del elevado por encima de la humanidad,

Muḥammad, el mejor Profeta enviado.

17. Joven, cuidado con descarrilar de su vía,

no hay peor que las innovaciones([44]).

18. Guárdate de la tacañería, envidia,

avidez, ilusión vana, soberbia([45]).

19. Ascesis y humildad son las mejores cualidades,

aférrate a los buenos modales y la generosidad([46]).

[1/b]

20. Toma como modelo a Maˁrūf al-Karjī, Sirrī,

Ibn Adham, puro y piadoso([47]),

21. Uways, Abū Yazīd,

al-Ŷunayd, ¡qué hombres tan leales!([48]).

22. Masrūq, luego Ṣāḥib al-Nūn,

Šiblī, Mālik, son puros([49]).

23. Ṯābit al-Banānī, Ibn Wāsiˁ,

Ḥabīb al-ˁAŷamī, tras ellos([50]).

24. Ṣāliḥ al-Marrī, Fatḥ al-Mawṣilī,

Sufyān, Ṭāwūs al-Yamāniyā([51]).

25. También Šaqīq, al-Munkadirī,

Manṣūr y Ḥāriṯ son célebres([52]).

26. Mālik y Šāfiˁī son distinguidos,

al-Ḥanafī, después Ibn Ḥanbal([53]).

27. Son los que captaron la luz

de aquel que más allá de toda luz brilló([54]).

28. El más noble que llevó una hembra

y el mejor ejemplo para quien procura el bien([55]).

29. Más generoso que la lluvia torrencial en la carestía,

más valiente que un león al enfrentarse al enemigo([56]).

30. Ruégale, cuando declaradas son las guerras

y hacen sus estragos.

31. Quien sigue sus huellas, estará seguro,

y perecido quien le desobedece.

32. Quien desobedece pide su intercesión,

quizá sea perdonado de sus culpas.

33. En la adversidad reconoce sus faltas,

implorando salvación gracias a su altura.

34. Después de eso, se cumplen sus deseos,

placeres del fondo del supremo paraíso([57]):

35. Atuendo, comida, bebida,

y también con bellas huríes se casa([58]).

36. Obtiene un gran éxito al vivir

junto al Profeta, el elegido.

37. Quien preserva el alma de sus pasiones,

logra la satisfacción de Dios el día de la Retribución([59]).

38. Quien adquiere el saber para ponerlo en práctica,

consigue el objetivo y de la hoguera se libra([60]).

[2/a]

39. Quien a sus padres obedece,

alcanza la buena complacencia en el paraíso([61]).

40. Quien a sus padres desobedece

y no se arrepiente, duro de corazón es([62]).

41. Quien hace la oración a tiempo,

rostros radiantes lucen e invitan al contento([63]).

42. Quien hace la oración a destiempo,

rostros hoscos apagados y arruinados([64]).

43. Quien ayuna en el calor y reza de noche,

satisface en el paraíso sus deseos([65]).

44. Quien no da el azaque por lo ganado,

su rostro y su espalda serán quemados([66]).

45. Quien presta juramento siendo relapso,

el fuego abrasará su rostro y le arrancará el cuero cabelludo([67]).

46. Quien no le importa de dónde procede su sustento,

tendrá su lugar en el infierno de Saqar, ¡malnacido!([68])

47. Quien no observa celosamente las leyes,

será reprochado y regañado en el más allá([69]).

48. Quien se despreocupa del arrepentimiento,

maldito está hasta el día de su muerte([70]).

49. Quien no deja de practicar la usura,

se agranda como una casa conforme expone la tradición([71]).

50. Quien no procede con intención libre

de vanidad, no logra sino fatiga([72]).

51. La causa es tu amor por una vida

que ante Dios vale menos que una ala de mosquito([73]).

52. Quien no es casto y fornica,

se convierte mañana en imponente montaña([74]),

53. corre y lame su pus

en presencia de todos por lo cometido([75]).

54. Quien no es sincero en sus palabras,

será un hipócrita de oficio([76]).

55. Quien mata a una persona sin motivo,

su morada será el infierno donde recibirá un castigo perpetuo([77]).

56. Le picarán serpientes y escorpiones,

setenta años, con un veneno mortal([78]).

57. Serpiente tan larga como caminar seis meses,

y escorpión como mes entero([79]).

58. Una culebra es como camello en magnitud,

escorpiones como mulos negros([80]).

[2/b]

59. Quien a sí mismo no se combate se extravía,

y no cesa de encaminarse a la ruina([81]).

60. Preservaos de cuatro enemigos:

alma, demonio, mundo y pasión([82]).

61. No perjudiques a un musulmán en su hacienda,

familia, honor y cuerpo([83]).

62. No seas injusto ni toques la hacienda del huérfano,

ni bebas vino, y estarás a salvo([84]).

63. Decir falsedades, difamar mujeres honestas,

calumniar, maldecir son faltas horrendos([85]).

64. ¡Por Dios!, envejecido, que esperas.

¿Hermano, de escarmiento no te sirven los antepasados?([86])

65. ¿Eres loco o tonto?

Pelo blanco y corazón negro.

66. No viste cómo la muerte demuele las casas

de los amantes y las convierte en ruinas,

67. los perturba pese a sus dominios,

deja huérfanos y viudas.

68. los arroja, después de tanta alegría,

en las entrañas de una estrecha y penosa tumba.

69. Quien busca el paraíso, ¿cómo se relaja

de servir al Señor? y ¿cómo duerme?

70. Quién teme el infierno, ¿cómo se ríe?

¡Qué extraño!, ¿cómo tranquilamente reposa?([87])

71. ¿Cómo podemos estar a salvo del gehena,

antes de morar en el altísimo Jardín?([88])

72. Detrás de nosotros, balanzas,

sendero y un libro desenrollado([89]).

73. No se acordará el hombre de su gente,

hasta que quede seguro de estos tres([90]).

74. No hagas caso a tu alma ni a un innovador,

ni acompañes a un ignorante([91]).

75. No imites a los extraviados, perdidos,

ni a los que te instigan a la vanidad([92]).

[3/a]

76. Acompaña a los sabios y perspicaces

para que te protejan de la ceguera, hermano([93]).

77. Mantén la muerte delante de tus ojos

para afrontar la pobreza y el sufrimiento([94]).

78. Recuerda la tumba, el terrorífico

horror de Munkir y Nakīr([95]).

79. Sus ojos son como un relámpago arrebatador,

sus voces, trueno retumbante([96]).

80. Vienen arrastrando sus cabellos

para preguntar al difunto en su tumba.

81. Asombrado queda el muerto al ver

a estos ángeles, y confuso se pone([97]).

82. Dios reafirma a los fieles

para contestar en esta vida y en la otra([98]).

83. Asombrado queda el desobediente,

y lo golpean con focinos de hierro y bastón ganchudo([99]).

84. Y después, reprensión, reunión,

calor de sol, cuando está cerca de las multitudes([100]),

85. calor que se multiplica por setenta,

y con el cual se cuece la cabeza de los desobedientes([101]).

86. Dios pregunta a todos los siervos

por cuatro asuntos, contémplalos([102]):

87. ¿cómo aprovechó su vida y los días

de su juventud? ¿qué hizo con su hacienda?

88. ¿qué hizo con el conocimiento adquirido?

Guarda las provisiones para poder contestar.

89. El Señor sus bocas sella,

y los sentidos hablan de las faltas([103]).

90. Ojalá esta creación fuera nada,

y jamás vieran el día del Juicio([104]).

91. Ese será un día difícil, temido

por los profetas y los ángeles cercanos([105]).

92. Por ignorancia lo tenemos olvidado.

¡Ay de nosotros!, corazones indiferentes por distracción([106]).

[3/b]

93. Todo lo que hiciste está consignado,

no se escapa ni grande ni pequeño([107]).

94. La muerte no perdona a nadie,

en la resurrección y la recompensa no cabe duda([108]).

95. Las faltas nos rodean,

las lloramos y jamás las revelamos([109]).

96. Nuestros ojos débiles no ven,

y los buenos caminos lastrados están por la inmundicia.

97. El amor por el mundo los alejó del buen camino,

en distracción nuestra vida transcurre([110]).

98. Nuestro oído desatiende al predicador

las indecencias le hicieron sordo([111]).

99. Pasamos el día tras el sustento,

y la noche en profundo sueño([112]).

100. Es una pérdida que se agravó

y llegó al extremo, bien entendida para los clarividentes.

101. Quien vende su religión por interés

en vida fugaz, desobedecerá([113]).

102. Quien la invierte en beneficio del prójimo,

estará en el bien más preciado.

103. Os indiqué la guía y el buen camino,

os advertí no hacer el mal y el daño.

104. Os ordené pero yo no cumplí,

os prohibí pero mi corazón no lo hizo([114]).

105. Exhorté a otros y a mí mismo debí aplicármelo

por haber abandonado el palacio de la buena orientación([115]).

106. Exhortar a otros es como una antorcha,

se quema a sí misma e ilumina a otros,

107. o como una piedra de afiliar la punta

de lanza pero ella no corta.

108. Ojalá hubiera cumplido lo ordenado

y lo prohibido en todo el pasado([116]).

109. Manda la piedad y se olvida de sí misma,

siendo así que lee la Escritura revelada([117]).

110. Alma mía, ¿por qué dices lo que no haces?

Es aborrecible que digas lo que no haces([118]).

[4/a]

111. Ojalá te esforzaras en tu salvación,

para ser inteligente([119]).

112. Abandona la vanidad, ábrete a la guía,

y sé sincera para acorralar a los enemigos([120]).

113. Este es un consejo que doy

a los sensatos, cabales,

114. y a todo musulmán deseoso

de un destino que le lleve al buen camino.

115. Con esperanza y pura plegaria,

reiteradamente pido a Dios altísimo,

116. al Profeta hachemita, Aḥmad([121]),

honrado por el sello de la profecía, el Islam y el éxito,

117. y a todos los musulmanes,

118. que Dios, el Creador, bendiga

al Profeta, el elegido, mar de piedad,

119. tantas veces como el número de Sus criaturas, en el cielo

y en la tierra, como los granitos de arena, plantas y piedrecillas;

120. que Dios bendiga a sus compañeros y familia,

son las estrellas que guían a los que viajan de noche.

Acabado el bendito poema al-ŷawhara, con el favor, ayuda y buen auxilio de Dios, copiado por Ḥasan Barˁwaydān al-Gayūrī, con el fin de exhortarse a sí mismo. ¡Alabado sea Dios! Amén.

Notas

* E-mail: anouralhouda@hotmail.com
([1]) Véase Poesía estrófica (cejeles y/o muwaššaḥāt) atribuida al místico granadino Aš-Šuštarī (siglo xiii d. c.), ed. y tr. F. Corriente, Madrid: CSIC, 1988, p. 2. En el plano místico, Corriente cree que Ibn ˁArabī de Murcia (m. 638/1240) fue el primero en cultivar las moaxajas y Abū al-Ḥasan al-Šuštarī (m. 668/1269), los zéjeles. Respecto a la edición de composiciones de esta índole en la obra de Abū Madyan, consúltese Dīwān Abī Madyan Šuˁayb al-Gawṯ, ed. ˁA. Q. Suˁūd y S. al-Qurašī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2011, pp. 47-91. En breve, publicaré la traducción del diván con motivo del noveno centenario del nacimiento de Abū Madyan (1115 o 1116).
([2]) Shafik, A., «Abū Madyan Šuˁayb, máximo exponente del sufismo magrebí en el siglo xii, a través de su vida y su obra», Anaquel de Estudios Árabes, 20 (2009), 197-221; ---, Abū Madyan, «Šayj al-šuyūj: Ḥayātihu, wa aṣḥābuhu wa āṯāruhu», Alhadra. Maŷallat al-Ḥaḍāra al-Andalūsiyya, 1 (2015), 3-50.
([3]) Shafik, A., «Los šaḏiliyya e Ibn ˁArabī tras las huellas de Abū Madyan», Revista de Ciencias de las Religiones, 14 (2009), 117-132; ---, «La doctrina de Abū Madyan: síntesis del sufismo oriental y occidental en el siglo xii», al-Andalus-Magreb, 19 (2012), 379-412; ---, «Traducción de ˁUnwān al-tawfīq de Ibn ˁAṭāˀ Allāh y un tajmīs de Ibn ˁArabī: dos comentarios de un poema de Abū Madyan», Anaquel de Estudios Árabes, 24 (2013), 137-170; ---, Tres textos sobre el compañerismo. Poema de Abū Madyan. El signo del éxito para la buena conducta en el camino sufí de Ibn ˁAṭāˀ Allāh. Quintetas de Ibn ˁArabī, Madrid: IEEI y Huerga y Fierro Editores, 2014.
([4]) Dīwān Sīdī Abū Madyan, ed. M. al-Šuwār, Damasco: Maṭbaˁat al-Taraqqī, 1938; Kitāb al-ŷawāhir al-ḥisān fī naẓm awliyāˀ Tilmisān, ed. ˁA. Ḥ. Ḥāŷiyyāt, Argel: al-Šarika al-Waṭaniyya li-l-Našr wa-l-Tawzīˁ, 1974, 23-44; Šu‛arāˀ al-ṣūfiyya al-maŷhūlūn, ed. Y. Zīdān, Beirut: Dār al-Ŷīl, 1996, 34-44; Cornell, V., The Way of Abū Madyan, Cambridge: The Islamic Texts Society, 1996, pp. 39-175; al- ˁAlāwī, M. Ṭ, al-ˁĀlim al-rabbānī. Sīdī Abū Madyan Šuˁayb, Argel: Dār al-Umma, 2004; al-Fārisī, Ḥ., Abū Madyan Šuˁayb: ḥayātu-hu wa-adabu-hu, Wahrān: Dār al-Garb li-l-Našr wa-l-Tawzīˁ, 2005, «poesía»; Farīd al-Mazīdī, A., Šayj šuyūj fī al-amṣār: Abū Madyan Šuˁayb al-Gawṯ. Tarŷamatu-hu —šuyūju-hu wa-talāmiḏat-hu wa-aṣḥābu-hu wa-nuṣūṣu-hu, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2010, pp. 299-310; el citado Dīwān Abī Madyan Šuˁayb al-Gawṯ, 2011. Shafik, A., «Poesía árabe clásica: traducción y práctica» en Ensayos de traductología árabe, coord. S. M. Saad, Madrid: Instituto Egipcio de Estudios Islámicos y CantArabia Editorial, 2012, 149-262, pp. 182-85, 239-41; ---, «Traducción y lenguaje de la poesía sufí» en el v Simposio de Interculturalidad y traducción (5-7 de noviembre de 2012), coord. S. M. Saad, Madrid: IEEI, en prensa.
([5]) Dīwān Abī Madyan Šuˁayb al-Gawṯ, pp. 86-91.
([6]) Shafik, A., «Maqṣūrat al-ŷawhara li-Abī Madyan. Dīrasa wa-taḥqīq», Alhadra. Maŷallat al-Ḥaḍāra al-Andalūsiyya, 2 (2016), sección árabe, en prensa.
([7]) Abū Madyan, Maqṣūrat al-ŷawhara, ms. Maktabat al-Awqāf, Ṭarabuls al-Garb, n.º 47, 1/a.
([8]) Estudios: 1) En árabe, Ibn Ṣafiyya, Y., Manhaŷ al-salaf fī al-waˁẓ, Riad: Maktabat Dār al-Minhāŷ, 2010; Al-Ŷabīḥī, A. M., Tabṣīr al-fūˀād bi-juṭab al-waʻẓ wa-al-iršād, Saná: Wizārat al-Ṯaqāfa, 2010; ˁAlwānī, Ŷ., Aṯar al-waˁẓ wa-l-wuˁˁāẓ fī Bagdad fī al-qarn al-sādis al-hiŷrī fī al-ḥayāt al-siyāsiyya wa-l-iŷtimāˁiyya, Bagdad: Dīwān al-Waqf al-Sunnī, 2011; al-Naqbī, ˁA., Fī al-waˁẓ wa-l-adab, Beirut: al-Dār al-ˁArabiyya li-l-Mawsūˁāt, 2012; 2) otros idiomas, Berkey, J. P., Popular Preaching and Religious Authority in the Medieval Islamic Near East, Seattle: Univ. of Washington Press, 2001; Talmon-Heller, D., «Islamic Preaching in Syria during the Counter-Crusade (Twelfth-Thirteenth centuries), en In Laudem Hierosolymitani: Studies in Crusades and Medieval Culture in Honour of Benjamin Z. Kedar, ed. I. Shagrir, London: Routledge, 2007, 61-76; ---, Islamic Piety in Medieval Syria: Mosques, Cemeteries and Sermons under the Zangids and Ayyubids (1146-1260), Leiden: Brill, 2007, pp. 115-148; Linda, J., The Transmission of Knowledge in Medieval Cairo: A Social History of Islamic Education, Princeton: Princeton Univ. Press, 1992, esp. cap. 7; ---, «He cried and he made others cry: Crying as a sign of Pietistic Authenticity or Deception in Medieval Islamic Preaching», Crying in the Middle Ages: Tears of History, ed. E. Gertsman, 2012, 102-35; ---, The Power of Oratory in the Medieval Muslim World, New York: Cambridge University Press, 2012.
([9]) ˁAbd al-Qādir al-Ŷīlānī, al-Fatḥ al-rabbānī wa-l-fayḍ al-raḥmānī, ed. U. Mahra, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2003. Posteriormente, en Oriente, Ibn ˁArabī redactó un libro que contiene una gran colección de exhortaciones en Muḥāḍarat al-abrār wa-musāmarat al-ajyār, ed. parcial M. M. al-Jūlī, El Cairo: Dār al-Kitāb al-Ŷadīd, 1972, i (ed. completa M. al-Nimarī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2001); ---, al-Futūḥāt al-makkiyya, Beirut: Dār Ṣādir, s.f., iii, pp. 561-66; iv, pp. 66-68, 151-52, 444-553. Aún en manuscritos varios escritos acerca de al-waˁẓ, por ejemplo, Risāla fī al-waˁẓ li-baˁḍ aḥbābihi, n.º 452, Risālat waˁẓ bi-l-aḥādīṯ al-nabawiyya, ns.º 480, 481, o al-Mawˁiẓa al-ḥasana, n.º 915, véase, Yaḥyà, ˁU., Muˀallafāt Ibn ˁArabī tārījuhā wa-taṣnifuhā, ed. A. M. al-Ṭayyb, El Cairo: al-Ḥayˀa al-Miṣriyya al-ˁĀmmā li-l-Kitāb, 2001, pp. 360, 369, 600.
([10]) Abū al-ˁAtahiya, ašˁāruh wa-ajbāruhu, ed. Š. Fayṣl, Damasco: Maṭbaˁat Ŷāmiˁat Dimašq, 1965; Maqamāt al-Zamajšarī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1982; al-Ŷāḥiẓ, al-Bayān wa-l-tabyīn, ed. ˁA. M. Hārūn, El Cairo: Maktabat al-Janŷī, 1998, i, pp. 257-75. Abū al-ˁAlāˀ al-Maˁarrī, Mulqà al-sabīl, ed. S. Sayyid ˁIbāda, El Cairo: Dār al-Baṣāˀir, 2007.
([11]) Sobre esta clase de libros, las referencias más antiguas son de Ibn Zanŷawih (m. 251/865), al-Targīb wa-l-tarhīb, seguido por Ṯawāb al-aˁmāl de Abū al-Šayj al-Iṣbahānī (m. 369/980), perdidos ambos libros. Luego, Ibn Šāhīn (m. 385/995), al-Targīb fī faḍāˀil al-aˁmāl wa-ṯawāb ḏalik, ed. Ṣ. al-Waˁīl, Riad: Dār Ibn al-Ŷawzī, 1995. Véase Ibn al-Ŷawzī al-Iṣbahānī (m. 535/1141), Kitāb al-targīb wa-l-tarhīb, ed. A. Ibn Šaˁbān, El Cairo: Dār al-Ḥadīṯ, 1993; y el más célebre del género, al-Munḏirī (m. 656/1258), al-Targīb wa-l-tarhīb, ed. Naṣr al-Dīn al-Albānī, Riad: Maktabat al-Maˁārif, 2004. Y otros, al-Nawawī (m. 676/1278), Riyāḍ al-ṣāliḥīn min ḥadīṯ sayyid al-mursalīn, ed. al-Albānī, Beirut: al-Maktab al-Islāmī, 1984; al-Yāfiˁī (m. 768/1367), al-Targīb wa-l-tarhīb wa-yalīhi muntaqà tuḥfat al-ḥabīb li-l-ḥabīb bimā zād ˁalà al-targīb wa-l-tarhīb, ed. M. Fāris, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1996; al-Nāŷī (900/1495), ˁUŷālat al-imlāˀ ˁalà al-targīb wa-l-tarhīb, ed. Ḥ. Ibn ˁUkāša, El Cairo: Maktabat al-Tābiˁīn, 1998. Aún en manuscrito, un texto de Ibn ˁArabī titulado, Kitab al-ragba wa-l-rahba, Yaḥyà, ˁU., Muˀallafāt Ibn ˁArabī, p. 371, n.º 488. Consúltese también ˁAbd al-Qādir al-Ŷazāˀirī, Kitāb al-mawāqif fī al-taṣawwuf wa-l-waˁẓ wa-l-iršād, Damasco: Dār al-Yaqaẓa al-ˁArabiyya, 1966.
([12]) Marín, M., «Un nuevo texto de Ibn Baškwāl: Ajbār Abī Wahb» al-Qanṭara, x (1989), 385-401; ---, «Zuhhād de al-Andalus (300/912-420/1029)», al-Qanṭara, xii (1991), 439-470, pp. 460-61; ---, «Retiro y ayuno: Algunas prácticas religiosas de las mujeres andalusíes», al-Qanṭara, xxi (2000), 471-480. Vizcaíno, J. M., «Las obras de Zuhd en al-Andalus», al-Qanṭara, xii (1991), 417-438, pp. 421, 425-7; García-Arenal, M., «La práctica del precepto de al-amr bi-l-maˁrūf wa-l-nahy ˁan al-munkar en la hagiografía magrebí», al-Qanṭara, xiii, 1992, 147-170, pp. 160-61; Ḍayf, Š., ˁAṣr al-duwal wa-l-imarāt (Lībiyā, Tūnis, Ṣaqaliyya), El Cairo: Dār al-Maˁārif, 1992, pp. 287-91; ---, ˁAṣr al-duwal wa-l-imarāt (al-Andalus), El Cairo: Dār al-Maˁārif, 1994, pp. 486-93; ---, ˁAṣr al-duwal wa-l-imarāt (al-Ŷazāˀir, al-Magrib al-Aqsà, Mawrītāniyā, al-Sudān), El Cairo: Dār al-Maˁārif, 1995, pp. 222-27, 485-90; Linda, J., «Witnesses of God: Exhortatory Preachers in Medieval al-Andalus and the Maghreb», al-Qanṭara, 28 (2007), 73-100; Miller, K., Guardians of Islam: Religious Authority and Muslim Communities of Late Medieval Spain, New York: Columbia University Press, 2008, pp. 128-148; Erzini, N., «The Professorial Chair (kursi ˁilmi or kursi li-l-waˁz wa-l-irshad) in Morocco», al-Qanṭara, 34 (2013), 89-122.
([13]) Shafik, A., «La doctrina de Abū Madyan…», p. 384.
([14]) Al-Mālikī, Kitāb riyāḍ al-nufūs, ed. B. al-Bakkūš y M. al-ˁArūsī, Beirut: Dār al-Garb al-Islāmī, 1994, i, p. 505, n.º 161 y i, p. 516, n.º 162; al-Bayalī, B., al-Zuhhād wa-l-mutaṣawwifa fī bilād al-Magrib wa-l-Andalus ḥattà al-qarn al-jāmis al-hiŷrī, El Cairo: Dār al-Nahḍa, 1993, pp. 63-89.
([15]) Al-Tamīmī, al-Mustafād fī manāqib al-ˁubbād, ed. M. Cherif, Rabat: Manšurāt Kulliyat al-Ādab wa-l-ˁUlūm al-Insāniyya, 2002, ii, p. 59, n.º 9.
([16]) Al-Tamīmī, al-Mustafād, ii, p. 117, nº 39.
([17]) Al-Tamīmī, al-Mustafād, ii, p. 165, n.º 73.
([18]) Al-Ṣadafī, Ṭāhir, al-Sirr al-maṣūn fīma ukrima bi-hi al-mujliṣūn, ed. H. Ferhat, Beirut: Dār al-Garb al-Islāmī, 1998, p. 77, n.º 12. Véase la referencia de la editora acerca del juez de al-Andalus, Munḏir ibn Saˁīd al-Ballūṭī y la influencia de su discurso y exhortaciones, pp. 30-1.
([19]) Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf ilà riŷāl al-taṣawwuf, ed. A. al-Tawfīq, Casa Blanca: Maṭbaˁat al-Naŷāḥ al-Ŷadīda, 1997, pp. 262 y 402.
([20]) Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf, p. 400.
([21]) Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf, p. 428.
([22]) Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf, pp. 439-40.
([23]) Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf, p. 365.
([24]) El autor del libro es el erudito Abū Bakr Aḥmad b. ˁUmar b. ˁAbd al-Jāliq al-Baṣrī (m. 292/904), autor también del al-Musnad al-kabīr [Gran recopilación verificada de la tradición del Profeta]. Sobre su biografía, consúltese al-Ḏāhabī, Taḏkarat al-ḥuffāẓ, ed. A. M. al-Dimašqī, M. F. al-Makki, A. B. al-Suyūṭi, Beirut: Dār Iḥyāˀ al-Turāṯ al-ˁArabī, s.f. ii, p. 653, n.º 675.
([25]) Mālik b. Anas (m. 179/795) es uno de los siete juristas medinenses, que dio forma definitiva a la cultura jurídica de Medina en su colección de Muwaṭṭaˀ (El camino fácil, tr. A. Pérez e I. Puch, Córdoba: Junta Islámica, 1999). Para su biografía, consúltese J. Schacht, «Mālik ibn Anas» EI2, iii, 206; M. Abū Zuhra, Mālik ibn Anas, Beirut: Dār al-Fikr al-ˁArabī, 1946.
([26]) Ibn al-ˁArīf, Miftāḥ al-saˁāda wa-taḥqīq ṭarīq al-saˁāda, ed. ˁI. Dandaš, Beirut: Dār al-Garb al-Islāmī, 1993, pp. 106-7 (tr. esp. La llave de la felicidad y la realización del camino del éxtasis, Almería: Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, tr. A. Shafik, 2014, pp. 236-7.
([27]) Con especial interés, los libros de Ibn al-Ŷawzī, véase Maqamāt Ibn al-Ŷawzī o al-maqamāt al-ŷawziyya fī al-maˁānī al-waˁẓiyya, ed. M. Nagš, El Cairo: Dār Fawzī li-l-Ṭibāˁa, 1980; ---, al-Quṣṣāṣ wa-l- muḏḏakīrīn, ed. M. L. al-Ṣabbāg, Beirut: al-Maktab al-Islāmī, 1983; ---, al-Taḏkira fī al-waˁẓ, Beirut: Dār al-Maˁrifa, 1986; ---, Kitāb al-ḥadāˀiq fī ˁilm al-ḥadīṯ wa-l-zuhdiyyāt, ed. M. al-Subkī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1988, iii, pp. 272-77; ---, al-Yāqūta fī al-waˁẓ, ed. A. al-Kuwaytī, Beirut: Dār al-Bayāriq, 2001 ;---, Marāfiq al-mawāfiq fī al-waˁẓ wa-yalīhi ruˀūs al-qawārīr, ed. A. ˁA. Ibrāhīm al-Azharī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2002; ---, al-Mudhiš, ed. M. al-Qabbānī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2005, pp. 137-543.
([28]) Ibn Sīd al-Baṭalyawsī, Šarḥ al-mujtar min luzūmiyyāt Abī al-ˁAlāˀ, ed. Ḥ. ˁAbd al-Maŷīd, El Cairo: al-Hayˀa al-Miṣriyya al-ˁĀmma li-l-Kitāb, 1991, pp. 150, 154, 162, 170, 488, 502 (son fragmentos poéticos de Malqà, que el editor no pudo identificar); Maydān, A., «Muˁāraḍat Malqà al-sabīl li-l-Maˁarrī fī al-Andalus», Maŷallat Kulliyat Dār al-ˁUlūm, 39 (2006), 263-317; ---, «Muˁārḍat Malqà al-sabīl lī-Ibn Abī al-Jiṣāl», Maŷallat Maˁhd al-Majṭūṭ al-ˁArabiyya, 53/1 (2009), 7-70; Muẓāharat al-masˁà al-ŷamīl wa-muḥaḏarat al-marˁà al-wabīl fī muˁaraḍat “Malqà al-sabīl” li-Ibn al-Abbār al-Quḍāˁī, ed. A. Muḥammad Maydān, El Cairo: Dār al-Wafāˀ, 2009. Ibn ˁAmīra al-Majzūmī, Tārīj Mayūrqa, ed. M. Ibn Muˁammar, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2007, p. 16 (tr. esp. Kitāb Tārīuh̲ Mayūrqa: crónica árabe de la conquista de Mallorca, tr. N. Roser Nebot y G. Rosselló Bordoy, Palma: Universitat de les Illes Balears, 2009, p. 38).
([29]) Ibn Ŷubayr, Riḥlat Ibn Ŷubayr, Beirut: Dār Ṣādir, 1959, pp. 196-200 (Ibn Yubayr, A través del Oriente: el siglo xii ante los ojos, Barcelona: Serbal, tr. esp. F. Maíllo Salgado, 1988, pp. 262-67).
([30]) Ibn ˁAbd al-Malik al-Marrākūšī, al-Ḏayl wa-l-takmila li-kitāb īal-mawṣūl wa-l-ṣila, ed. I. ˁAbbās, M. Bin Šarīfa y B. ˁAwwād Maˁrūf, Túnez: Dār al-Garb al-Islāmī, 2012, n. º 231, 334-63, p. 352.
([31]) Véase por ejemplo, la política aplicada primero por los almorávides, seguida por la actividad de investigación y pesquisa (al-tanqīb), empleada por los gobernantes almohades, Ibn al-ˁArīf, La llave de la felicidad, pp. 88-90; al-Marrākūšī, al-Ḏayl wa-l-takmila, viii, p. 205.
([32]) Shafik, A. «La formación de los términos sufíes en las Revelaciones de la Meca de Ibn ˁArabī» en Interculturalidad, lengua y traducción. Estudios aplicados al español y al árabe, coord. S. M. Saad, Madrid: Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, 2009, 227-258, pp. 244-45.
([33]) La Maqṣūra aparece en el Dīwān, pp. 86-91. La traducción se limita a aludir a los versos que faltan en la edición. Respecto a las variantes, consúltese la versión árabe de la revista Alhadra, sección árabe. Para cotejar la Maqṣūra con otros escritos de Abū Madyan, véase la edición citada de Cornell, particularmente en referencia a Bidāyat al-murīd ‘Principios del iniciado’, pp. 54-115. Respecto a las máximas del Šayj, conocidas como Uns al-waḥīd ‘Intimidad del solitario’, se remite a la edición de J. Zuharī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2004, pp. 60-88. Para el Corán, Qurˀān (Al-). Tafsīr wa-bayān maˁa asbāb al-nuzūl li-l-Suyūṭī maˁa fahāris kāmila li-l-mawāḍīˁ wa-l-alfāẓ, ed. M. Ḥ. al-Ḥamṣī, Beirut: Dār al-Rašīd, 2002 (tr. española J. Cortés, Madrid: Editorial Nacional, 1984); los hadices, Mawsūˁat al-ḥadīṯ al-šarīf: al-kutub al-sitta, ed. Āl al-Šayj, El Cairo: Dār al-Salām, 2000.
([34]) Maquṣūra es tipo de poesía que termina con rima alif maqṣūra.
([35]) Procede de una de las fuentes fundamentales en la formación del pensamiento de Abū Madyan, al-Gazālī, Iḥyāˀ ˁulūm al-dīn, Beirut: Dār Ibn Ḥazm, 2005, «Bāb ḏamm al-dunyā wa-ṣifatihā», pp. 1102-1135.
([36]) Influido por Ibn al-ˁArīf: «Quien no pide consejo a un sabio //certeza en lo ardua nunca tendrá», véase al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb fī guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. I. ˁAbbās, Beirut: Dār Ṣādir, 1968, iv, p. 319, v, p. 598 (tr. esp. J. Lirola Delgado en Cantos árabes en la Alcazaba de Almería, Almería: Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2013, pp. 18-19, otra tr. A. Shafik en La llave de la felicidad, p. 103).
([37]) Alusión coránica: «Di a los creyentes que bajen la vista con recato…» [24: 30]. En Bidāyat al-murīd de Abū Madyan se encuentra alusión al primer hemistiquio, p. 57.
([38]) Sobre las moradas de las letras, véase Ibn ˁArabī, al-Futūḥāt al-makkiyya, i, pp. 87, 168; ii, pp. 122-3, 135, 606; iii, pp. 164, 169, 261; ---, «Kitāb al-mīm wa-l-wāw wa-l-nūn» en Rasāˀil Ibn ˁArabī, El Cairo: al-Maktaba al-Tawfīqiyya, 1997, pp. 89-99; ---, «Kitāb al-ḥurūf al-ṯalāṯa», en Rasāˀil Ibn ˁArabī (1), ed. S. ˁAbd al-Fattāḥ, Beirut: Muˀassasat al-Intišār al-ˁArabī, 2001, pp. 129-44; ---, Tawaŷŷuhāt al-ḥurūf, ed. ˁA. Ibn Muḥammad y Š. al-Šāḏilī, El Cairo: Maktabat al-Qāhira, 2004; ---, «Risālat ḥurūf al-kalimāt wa-ṣarf al-ṣalawāt», en Majṭūṭa nādira, ed. S. ˁAbd al-Fattāḥ, 2004, pp. 29-45; ---, «Kitāb al-yāˀ wa-huwa kitāb al-huwa», pp. 195-207 y «Kitāb al-alif wa-huwa al-uḥādiya», pp. 209-23, ambos en Rasāˀil Ibn ˁArabī, ed. S. ˁAbd al-Fattāḥ, Beirut: Muˀassasat al-Intišār al-ˁArabī, 2005. La ciencia de las letras en la poesía de Ibn ˁArabī, véase su Dīwān, ed. A. Ḥ. Basbaŷ, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2002, pp. 41, 167-77, 205-18, 297-99, 404: sobre las letras denominadas al-muqaṭṭaˁāt ‘letras inconexas’, pp. 130-31; ---, Rūḥ al-quds fī muḥāsabat al-nafs wa-maˁahu al-mabādiˀ wa-l-gayāt, ed. M. Bīŷū, Damasco: Dār al-Bayrūtī, 2005, pp. 143-52.
([39]) El día del Fallo es el día del Juicio, alusión coránica: «El día del Fallo está ya señalado» [78: 17].
([40]) Alusión a una de las máximas de Abū Madyan, en Uns al-murīd. Sobre el arrepentimiento: «Buscar la iniciación espiritual antes de corregir el arrepentimiento es distracción», y sobre la paciencia: «Haz de la paciencia tu provisión», pp. 73, 84. Con respecto a la otras prácticas ascéticas, véase la edición de Cornell, Bidāyat al-murīd, pp. 55-115.
([41]) Abū Madyan en Bidāyat al-murīd: «Adhesión al retiro […] y a la constancia del recuerdo y meditación» y en otro pasaje: «Si mira, medita, y si se queda callado, reflexiona», pp. 57, 71.
([42]) Alusión coránica: «…Nos apoderamos de ellos de repente y fueron presa de la desesperación» [6: 44].
([43]) Sobre la distracción en Bidāyat al-murīd, véase: «Quien se apega a la vida mundana, su corazón muere por distraerse con demasía de Dios altísimo, y su vida transcurre en desocupación, delirio y perplejidad», p. 123. Sobre el valor del saber, dice, por ejemplo: «El saber más beneficioso es la ciencia de las disposiciones de servidumbre, y el saber más sublime es la ciencia de la unicidad», p. 73.
([44]) El primer hemistiquio es una alusión coránica: «¡Señor! ¡No hagas que nuestros corazones se desvíen, después de habernos Tú dirigido!...» [3: 8]. El segundo se refiere a un hadiz: «El mejor discurso es el Libro de Dios, y la mejor guía la orientación de Muḥammad, el peor asunto las innovaciones, y toda innovación es extravío», Muslim, Kitāb al-ŷumuˁa, n.º 867. Véase también Ibn Waḍḍāḥ, Kitāb al-bidaˁ, ed. ˁA. ˁA. Salīm, El Cairo: Maktabat Ibn Taymiyya, 2008, p. 43.
([45]) En las máximas de Abū Madyan: «Lo peor de un sufí es ser tacaño», Bidāyat al-murīd, p. 83. Y en Uns al-waḥīd: «No sirve la obra hecha con soberbia, ni perjudica ociosidad si hay modestia», p. 74.
([46]) Abū Madyan dice sobre la ascesis: «La ascesis es una obligación, virtud y proximidad», y añade: «Los buenos modales residen en tratar a cada persona con afabilidad y no con adustez», Uns al-Waḥīd, pp. 78, 81.
([47]) Sobre los sufíes citados, véase al-Ŷāmī, Nafaḥāt al-uns min ḥaḍarāt al-quds, ed. M. Adīb al-Ŷādir, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2003, incluye una larga bibliografía en notas a pie de página. Maˁrūf ibn Fayrūz al-Karjī (m. 200/815), un sufí bagdadí, célebre antepasado de la mayoría de las escuelas sufíes, i, p. 56; Abū al-Ḥasan Sirrī al-Dīn al-Saqṭī (m. 253/867), uno de los primeros maestros que habló en Bagdad acerca de la unicidad y la realidad de los estados, tío y maestro de al-Ŷunayd, i, p. 79; Ibrāhīm ibn Adham al-Tamīmī (m. 161/777), uno de los afamados ascetas del Islam, i, p. 60.
([48]) Uways ibn ˁĀmir al-Quranī (m. 37/657), asceta de Yemen. Coetáneo del Profeta, con quien, no obstante, no se llegó a encontrar, al-Ŷāmī, Nafaḥāt, i, 29; Abū Yazīd Ṭayfūr al-Bisṭāmī (m. 261/874 o 264/877), uno de los místicos más citados en los manuales sufíes, conocido como Sulṭān al-ˁārifīn ‘sultán de los gnósticos’, i, p. 85; Abū al-Qāsim al-Ŷunayd (m. 297/910), uno de los más destacados maestros del sufismo, cuya doctrina gozaba de gran aceptación en todas las escuelas, i, p. 121.
([49]) Abū al-ˁAbbās ibn Masrūq al-Ṭūsī (m. 298/910), uno de los teóricos del sufismo, autor del libro Lumˁ ‘Destellos’, al-Ŷāmī, Nafaḥāt, i, p. 136; Abū al-Fayḍ Ṯawbān ibn Ibrahīm, Ḏū al-Nūn al-Miṣrī (m. 245/859), una de las grandes figuras entre los sufíes más antiguos, tradicionista y alfaquí, i, p. 46. Abū Bakr al-Šiblī (m. 334/946), alto funcionario, luego sufí de la escuela de Ŷunayd, i, p. 266. Quizá se refiere al imán Mālik, citado en verso (26).
([50]) Ṯābit ibn Aslam al-Banānī (m. 123/740 aprox.), uno de los tradicionistas fiables, bien conocido por el saber y las obras piadosas, véase al-Ḏahabī, Sayr aˁlām al-Nubalāˀ, ed. Š. al-Arnaˀūṭ, Beirut: Muˀassast al-Risāla, 1996, v, p. 220; Muḥammad ibn Wāsiˁ ibn Ŷābir al-Ajnas (m. 123/741 o 127/744), un célebre tradicionista, transmitió el hadiz por vía de Anas ibn Mālik y ˁAbd Allāh ibn al-Ṣāmit, al-Ḏahabī, Sayr, vi, p. 119; Ḥabīb al-ˁAŷamī (m. 156/772), célebre asceta de Basora, transmitió el hadiz por vía de al-Ḥasan al-Baṣrī y otros, conocido por la plegaria respondida, véase Sayr, vi, p. 143.
([51]) Ṣāliḥ al-Marrī, devoto asceta, predicador de Basora, al-Ḏahabī, Sayr, viii, p. 46. Puede ser Fatḥ ibn Saˁīd al-Mawṣilī (m. 220/835), célebre por su escrupulosidad y buen comportamiento, fue compañero de los discípulos de Bišr al-Ḥāfī, véase Sayr, vii, p. 350; o Abū al-Fatḥ ibn Barīda al-Azdī al-Mawṣilī (m. 374/985), ducho tradicionista, autor del libro al-Ḍuˁafāˀ ‘Débiles’, véase Sayr, xvi, p.347; Sufyān ibn Masrūq al-Ṯawrī (m. 126/743), una de las autoridades del Islam, autor del libro al-Ŷāmiˁ ‘Compendio’; Abū ˁAbd al-Raḥmān Ṭāwūs ibn Kaysān al-Yamānī (m. 106/724), alfaquí, tradicionista y un tābiˁī ‘musulmán de la segunda o tercera generación que conoció a un compañero del Profeta’, Sayr, v, p. 38.
([52]) Abū Bakr al-Qurašī al-Tamīmī al-Munkadirī (m. 314/926), imán y diestro tradicionista, al-Ḏahabī, Sayr, xiv, p. 532; Abū ˁAlī Šaqīq ibn Ibrahīm al-Baljī (m. 194/809), discípulo de Ibrāhīm ibn Adham y uno de los grandes sufíes de Jorasán, véase al-Ŷāmī, Nafaḥāt, i, p. 73; Abū ˁAbd Allāh Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥallāŷ (m. 309/922), ilustre maestro y mártir por su pensamiento sufí, véase al-Ŷāmī, Nafaḥāt, i, p. 232 y al-Ḏahabī, Sayr, xiv, p. 313. Al-Ḥāriṯ ibn Asad al-Muḥāsibī (m. 243/857), influyente escritor místico, instructor de numerosos maestros sufíes de Bagdad, autor de Kitāb al-riˁāya li-ḥuqūq Allāh ‘Libro del cumplimiento de los derechos de Dios’, al-Ŷāmī, Nafaḥāt, i, p. 75.
([53]) Sobre la vida y doctrina de los cuatro imanes, autoridades máximas de escuelas o corrientes de interpretación de la jurisprudencia islámica o fiqh: Abū Ḥanīfa al-Nuˁmān (m. 150/767), Mālik ibn Anas (m. 179/795), Muḥammad ibn Idrīs al-Šāfiˁī (m. 204/820) y Aḥmad ibn Ḥanbal (m. 241/855), véase Sulyamān al-Ašqar, ˁU., Madjal ilà dirāsat al-madāris wa-l-maḏāhib al-fikriyya, Jordania: Dār al-Nafāˀis, 1998, 93-170.
([54]) Alusión al versículo: «… “¡Esperad a que tomemos de vuestra luz”…» [57: 13].
([55]) El primer hemistiquio alude al dicho: «La criatura más noble a ojos de Dios es Abū al-Qāsim, que Dios le bendiga y salve», al-Ḥākim al-Nīsābūrī, al-Mustadrik ˁalà al-ṣaḥīḥayn, ed. ˁA. Q ˁAṭā, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, iv, p. 612; Šarḥ al-ˁaqīda al-ṭaḥāwiyya, ed. ˁA. M. al-Turkī y Š. al-Arnaˀūṭ, Riad: Muˀassast al-Risāla, 1990, ii, p. 417.
([56]) Compárese con el siguiente hemistiquio: «Generosos, tú eres más generoso // que un torrente que fluye entre montañas», Ibn ˁAsākir, Tārīj madīnat Dimašq, ed. M. al-ˁAmūrī, Beirut: Dār al-Fikr, 1995, xvi, p. 270 e Ibn Ḥaŷr al-ˁAsqalānī, al-Iṣāba fī tamyīz al-ṣaḥāba, ed. ˁA. M. al-Turkī, El Cairo: Muˀassast al-Risāla, 2003, xiv, 271; Ibn al-Ŷawzī, al-Muntaẓim fī tārīj al-mulūk wa-l-umam, ed. M. ˁAbd al-Qādir ˁAṭā, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1992, iv, p. 315; al-Ṣaḥārī, al-Ansāb, ed. M. I. al-Naṣṣ, Mascat: Wizārat al-Turāṯ al-Qawmī wa-l-Ṯaqāfa, 2006, i, p. 430; Maglaṭāy ibn Qalīŷ, Ikmāl tahḏīb al-kamāl fī asmāˀ al-riŷāl, ed. ˁA. A. ˁAbd al-Raḥmān y U. Ibn Ibrāhīm, El Cairo: al-Fārūq al-Ḥadīṯa li-l-Ṭibāˁa wa-l-Našr, 2001, iv, p. 156; Ibn al-ˁAdīm, Bugayt al-ṭalab fī tārīj Ḥalab, ed. S. Zakkār, Beirut: Dār al-Fikr, 2005, vii, p. 3163; Ibn Kaṯīr, al-Bidāya wa-l-nihāya, ed. ˁA. M. al-Turkī, El Cairo: Dār Hāŷar, 1998, x, p. 137; al-Maqrīzī, Imtāˁ al-asmāˁ bimā li-l-nabī min al-aḥwāl wa-l-amwāl wa-l-ḥafada wa-l-matāˁ, ed. M. al-Namīsī, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, vi, p. 272. El segundo hemistiquio hace alusión al proverbio: «Más valiente que el león de ˁAfrīn o ˁArīn», al-Zamajšarī, Asās al-balāga, ed. M. ˁUyūn al-Sūd, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1998, i, p. 665 y ii, p. 188 y las fuentes citadas.
([57]) Alusión coránica: «… Tendréis allí todo cuanto vuestras almas deseen, todo cuanto pidáis» [41: 31]. Véase también el capítulo «Ṣifat al-ŷanna wa-aṣnāf naˁīmahā» al-Gazālī, Iḥyāˀ, pp. 1923-34.
([58]) Son numerosos los versículos referentes a los placeres materiales, el primer hemistiquio: «Imagen del Jardín prometido a quienes temen a Dios: habrá en él arroyos de agua incorruptible, arroyos de leche de gusto inalterable, arroyos de vino, delicia de los bebedores, arroyos de depurada miel. Tendrán en él toda clase de frutas…» [47: 15] y «vestirán de verde satén y de brocado y llevarán brazaletes de plata…» [76: 21]. El segundo hemistiquio: «Habrá huríes de grandes ojos, semejantes a perlas ocultas» [56: 22-3]
([59]) Alusión coránica: «¡Bienaventurado quien la purifique!» [91: 9] y «mientras que quien haya temido comparecer ante su Señor y preservado su alma de la pasión, tendrá el Jardín por morada» [79: 40-41].
([60]) El primer hemistiquio hace alusión a una serie de dichos recogidos por al-Jaṭīb al-Bagdādī (m. 463/1071) que exhortan a poner en práctica lo aprendido: «Aprended todo lo que os apetezca aprender, Dios solo os beneficiará cuando llevéis a la práctica lo aprendido», véase Iqṭiḍāˀ al-ˁilm al-ˁamal, ed. al-Albānī, Beirut: al-Maktab al-Islāmī, 1984, p. 21. Hadiz citado anteriormente por Ibn al-Mubārak (m. 181/797), al-Zuhd wa-l-raqāˀiq, ed. A. Farīd, Riad: Dār al-Miˁrāŷ, 1995, i, p. 43. Es frecuente en la hagiografía magrebí vincular la teoría y la práctica (al-ˁilm wa-l-ˁamal), véase al-Tamīmī al hablar de la biografía de Abū Isḥāq ibn Yagmur (m. 578/1183): «El alfaquí Abū Isḥāq fue uno de los que saben y obran. Espero que su obra haya coincidido con su saber. Se narra que ˁAlī ibn Abī Ṭālib dijo: “Portadores del saber, obrad en función de él, ya que el verdadero sabio es aquel que pone en práctica lo aprendido y su obra coincide con su saber…”», al-Mustafād, ii, p. 102. Para al-Ṣadafī: «Dios ama al emir, sabio y practicante, especialmente si lleva a la práctica lo que sabe», al-Sirr al-maṣūn, pp. 50, 52; Ibn al-Zayyāt, al-Tašawwuf, pp. 183, 185, 222, 267, 297, 314, en la biografía de Abū ˁAbd Allāh Ismāˁīl al-Harawī (m. 581/1185), encontramos: «Copió el libro Iḥyāˀ ‘Revivificación’ de al-Gazālī, y llevó a la práctica su teoría, con respecto al recuerdo, plegarias e invocaciones», p. 270. El sufí almeriense, Ibn al-ˁArīf, insta: «En cuanto a la obligación del conocimiento, no solo consiste en conocer la teoría, sino en llevarla a la práctica», Miftāḥ al-saˁāda, p. 84 (tr. esp. 206). En la biografía de Abū Madyan, al-Tādilī recuerda: «Mientras estuve en Fez solía coger un versículo del Corán y un dicho del Profeta e ir a un lugar abandonado cerca a la costa. Si podía poner en práctica lo que había aprendido del versículo y el hadiz, volvía a Fez para estudiar otro versículo y otro dicho, y asimismo los ponía en práctica», al-Tašawwuf, p. 322. Por eso, Abū Madyan en Bidāyat al-murīd afirma la relación entre ˁilm y ˁamal: «Lo primero que debe hacer el iniciado es acompañar a un maestro, sabio y practicante», p. 55; y en sus máximas, trae a colación: «Quien busca el conocimiento para enseñárselo a los demás, Dios le otorga una comprensión con la cual conoce a sus iguales. Quien lo busca para conocer al Verdadero, Este le concede una comprensión con la cual Lo conoce», Uns al-waḥīd, p. 81. Ibn ˁArabī dice en verso: «!Qué bello es el saber para quien lo pone en práctica…!», Dīwān, ed. A. Ḥ. Basbaŷ, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2002, p. 349.
([61]) Muchos son los versículos referentes a la obligación del buen comportamiento con los padres: «Hemos ordenado al hombre que se porte bien con sus padres» [46: 15]
([62]) Verso ausente en el Dīwān. Alusión coránica: «…Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: «¡Uf!» y trates con antipatía…» [17: 23]. Alusión también al hadiz: «Preguntaron al Mensajero de Dios por las faltas horrendas (al-kabāˀir). Contestó: “Asociar a otro con Dios, desobediencia a los padres, matar al prójimo, dar falso testimonio», al-Bujārī, Kitāb al-adab, bāb ˁuqūq al-wālidayn min al-kabāˀir, ns.º 5975, 5976, 5977; Muslim, al-Īmān, bāb bayā al-kabāˀir wa-akābirhā, ns.º 143, 144.
([63]) El primer hemistiquio es una alusión al hadiz: «Pregunté al Mensajero de Dios: “¿Qué obra es más amada por Dios?”. Me contestó: “Rezar a tiempo”…», Muslim, Kitāb al-Īmān, bāb bayān kawn al-īmān bi-l-llāh taˁālà afḍl al-aˁmāl, n.º 85. El segundo hemistiquio también alusión coránica: «el día que unos rostros estén radiantes…En cuanto a aquellos cuyos rostros estén radiantes, gozarán eternamente de la misericordia de Dios» [3: 106-7].
([64]) El primer hemistiquio es alusión coránica: «¡Ay de los que oran distraídamente…» [107: 4-5]. En el hadiz: «… No hay distracción en dormir, sino en retrasar la oración hasta la hora de la oración siguiente…», Muslim, Kitāb al-masāŷid wa-mawāḍiˁ al-ṣalā, bāb qaḍāˀ al-ṣalā al-fāˀita, n.º 681. Otra alusión coránica en el segundo hemistiquio: «… y otros hoscos. A aquéllos cuyos rostros estén hoscos: «¿Habéis dejado de creer luego de haber creído? Pues ¡gustad el castigo por no haber creído!» [3: 106].
([65]) Alusión a la práctica del Profeta y algunos de sus compañeros: «Salimos con el Mensajero de Dios en el mes de ramadán, hacía mucho calor. Nadie en ayuno, salvo el Mensajero de Dios y ˁAbd Allāh ibn Rawāḥa», Muslim, Kitāb al-ṣiyām, bāb ŷawāz al-ṣawm wa-l-fiṭr…, n.º 1122. Respecto a hacer el rezo por la noche (qiyām al-layl), dice el Corán: «¡Tú, el arrebujado! ¡Vela casi toda la noche» [73: 1-2]. En el hadiz: «…La mejor oración tras la obligatoria es el rezo de noche», Muslim, Kitāb al-ṣiyām, bāb faḍl ṣawm al-Muḥarram, n.º 1163. En Bidāyat al-murīd de Abū Madyan: «Combate contra sí mismo mediante el ayuno, ayuno continuado, rezo nocturno», p. 83.
([66]) El primer hemistiquio alude a una de las referencias fundamentales de Abū Madyan, Ŷāmiˁ de al-Tirmiḏī, véase el hadiz: «…Juro por Dios que si muere un hombre sin haber pagado la limosna impuesta a sus camellos y vacas, estos vendrán el día del Juicio más grandes y corpulentos pisándolo con sus patas…», Abwāb al-zakā, n.º 617. Hay alusión coránica en el segundo: «el día que esos metales se pongan candentes en el fuego de la gehena y sus frentes, costados y espaldas sean marcados con ellos: «Esto es lo que atesorabais para vosotros. ¡Gustad, pues, lo que atesorabais!» [9: 35]. Véase la interpretación del versículo, Ibn al-ˁArīf, Miftāḥ al-saˁāda, pp. 99-101 (tr. esp. 226-9).
([67]) El primer hemistiquio hace alusión al hadiz: «Quien jure cuando se le pide hacerlo para privar a un musulmán de sus derechos ilegalmente, se enfrentará con la ira de Dios», al-Bujārī, Kitāb al-tafsīr, bāb “Innā al-laḏīn yaštarūn bī ˁahd Allāh…” [Āla ˁUmrān: 77], ns.º 4549, 4550. El segundo hemistiquio alusión coránica: «que arrancará el cuero cabelludo» [70: 16].
([68]) El primer hemistiquio hace alusión al hadiz: «Llega un día en que a la gente no le importa lo que consigue, lícito o ilícito», al-Bujārī, Kitāb al-buyūˁ, bāb man lam yubāl min ḥayṯ kasab al-māl, n.º 2059 . Y el segundo se refiere al saqar, uno de los nombres del infierno, véase el versículo: «El día que sean arrastrados boca abajo al Fuego: «¡Gustad el contacto del saqar!» [54: 48].
([69]) Este verso y el siguiente ausentes en el ms. de Trípoli. Alusión coránica: «… Ésas son las leyes de Dios. Y quien viola las leyes de Dios es injusto consigo mismo…» [65: 1]. Compárese los horrores del infierno y su descripción, al-Gazālī, Iḥyāˀ, pp. 1917-23.
([70]) Alusión coránica: «… Los que no se arrepienten, ésos son los impíos» [49: 11]. Véase Bāb al-tawba (capítulo del arrepentimiento) de Abū Madyan, Bidāyat al-murīd, pp. 105-115.
([71]) Alusión coránica: «Quienes usurean no se levantarán sino como se levanta aquél a quien el demonio ha derribado con sólo tocarle, y eso por decir que el comercio es como la usura, siendo así que Dios ha autorizado el comercio y prohibido la usura…» [2:275]. El segundo hemistiquio es una alusión al hadiz: «…No digas: “Pobre de Satanás”, porque así se agranda como una casa…», al-Nisāˀī, ˁAmal al-yawm wa-l-layla, ed. F. Ḥamāda, Beirut: Muˀassast al-Risāla, 1985, p. 373, n.º 555; al-Ṭaḥāwī, Šarḥ mašākil al-āṯār, ed. Š. al-Arnaˀūṭ, Beirut: Muˀassast al-Risāla, 1994, i, p. 343, n.º 368.
([72]) Verso ausente en el Dīwān. Alusión coránica: «… solo para ser vistos por los hombres, apenas piensan en Dios» [4:142]. En el hadiz: «...Lo que más temo por vosotros es la asociación menor. Se le preguntó: “¿Qué significa eso, Mensajero de Dios?”. Respondió: “vanidad”…». Musnad Aḥmad ibn Ḥanbal, ed. Š. al-Arnāˀūṭ y ˁA. Muršid, Beirut: Muˀassast al-Risāla, 2001, xxix, p. 39, n.º 23630. En Bidāyat al-murīd, Abū Madyan insta: «Abandonad la vanidad», p. 63.
([73]) Compárese el primer hemistiquio de Abū al-ˁAtāhiya: «…// tu amor por la vida es la humillación y la nada», Ašˁāruh wa-ajbāruh, p. 348, nº. 357. El segundo hemistiquio es alusión coránica: «Dios no se avergüenza de proponer la parábola que sea, aunque se trate de un mosquito…» [2: 26]. En el hadiz: «Si fuera igual la vida mundana al ala de un mosquito ante Dios, Este nunca daría a un incrédulo un vaso de agua», al-Tirmiḏī, al-Zuhd, bāb mā ŷāˀ fī hawān al-dunyā, n.º 2340.
([74]) Alusión coránica: «¡Evitad la fornicación: es una deshonestidad! ¡Mal camino...!» [17: 32] y «Di a los creyentes que bajen la vista con recato y que sean castos…» [24: 30] y en el hadiz: «Cumplid seis asuntos y os garantizo el paraíso: sed sinceros al hablar, respetad las promesas, devolved los depósitos confiados, sed castos, guardad la vista, y deponed las armas», Ibn Ḥanbal, Musnad, xxxvii, p. 417, n.º 22757. En Bidāyat al-murīd, Abū Madyan recomienda ser castos, pp. 57, 63. Respecto a: «imponente montaña», es terminología coránica, véase Corán [26: 63]. Abū al-ˁAlāˀ al-Maˁarrī emplea la misma imagen en Mulqà al-sabīl, rima «šīn».
([75]) Alusión a un hadiz narrado por Ibn Abī al-Dunyā: «…. “Le espera la gehena y se le dará a beber una mezcla de pus y sangre” [17: 16]. Dijo: “Cuando sale de su piel, fluye de tal modo que corren pus y sangre, y se ve obligado a beberlos, pero apenas puede tragar», Kitāb ṣifat al-nār, bāb alwān al-aˁḏāb, Mawsūˁat Ibn Abī al-Dunyā, ed. F. al-Raqqī, Riad: Dār Aṭlas al-Jaḍrāˀ, 2012, iii, p. 474, n.º 169.
([76]) En el Corán: «no pronunciará ninguna palabra sin que tenga siempre a su lado a un observador preparado» [50: 18]. En el hadiz: «…Quien cree en Dios y en el último Día, que diga el bien o que permanezca callado…», al-Bujārī, Kitāb al-adab, bāb man kān yuˀmin bi-l-llāh wa-l-yaum al-ājir, n.º 6018.
([77]) El primer hemistiquio es alusión coránica: «que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad» [5: 32], «No matéis a nadie que Dios haya prohibido, sino por justo motivo…» [17: 33]. En el segundo hemistiquio, el término sarmadā ‘continuo, ininterrumpido, perpetuo’, Corriente, F., Diccionario árabe español, Madrid: IHAC, 1986, p. 355, En el Corán: «¿Qué os parece si Dios os impusiera un día perpetuo hasta el día de la Resurrección?...» [28: 72].
([78]) Alusión al hadiz: «En el gehena hay un valle llamado Āṯāmā, lleno de serpientes y escorpiones. En la espalda una ellas guarda setenta receptáculos de veneno, y los escorpiones se parecen a las mulas con albarda», Véase Muḥammad ibn Abī Bakr al-Qurṭubī, Kitāb al-taḏkira bi-aḥwāl al-mawtà wa-umūr al-ājira, ed. Ṣ. Ibrāhīm, Riad: Maktbat Dār al-Minhāŷ, 2005, ii, p. 874; Ibn Raŷab al-Ḥanbalī, al-Tajwīf min al-nār wa-l-taˁrīf bi-ḥāl dār al-bawār, ed. B. M. ˁUyūn, Damasco: Dār al-Bayān, 1988, p. 119. Ŷalāl al-Dīn al-Suyūṭī, al-Durr al-manṯūr fī al-tafsīr bi-l-maˀṯūr, ed. ˁA. M. Turkī, El Cairo: Markaz Haŷr, 2003, xi, p. 213.
([79]) En una de las ediciones de al-Ḏahabī, aparece el siguiente hadiz: «En el gehena hay un valle llamado Wādī al-Malḥam, lleno de serpientes y escorpiones. El grosor de una serpiente se parece al cuello del camello, y su longitud es como caminar un mes. Pica a los que abandonan el azalá, y su veneno se cuece en el cuerpo por setenta años, y descompone la piel», ed. Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2001, p. 23. Este hadiz no figura en la edición de M. Ḥ. Āl Salmān, Ajmán (Emiratos Árabes): Maktabat al-Furqān, 2003. ˁUmdat al-Qārī, Šarḥ ṣaḥīḥ al-Bujārī, ed. ˁA. M. ˁUmar, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 2001, xix, p. 406.
([80]) Para referirse al camello se emplea el término bujt, ‘lit. camellos de Jorasán’, no aparece en el diccionario de Corriente. Aunque sí en un hadiz que alude a mujeres pervertidas: «… mujeres que están vestidas y sin embargo desnudas, extraviadas y conduciendo a otros a la perdición, con sus cabezas luciendo como jorobas de camello (asnimat al-bujt)…», Muslim, Kitāb al-libās wa-l-zīna, bāb al-nisāˀ al-kāsiyāt…, n.º 2128. Todo el verso se basa en el hadiz: «En el gehena hay desiertos, llenos de serpientes similares a los cuellos de los camellos, y escorpiones parecidos a los mulos negros…», citado por al-Saddī, Tafsīr al-Saddī al-kabīr, ed. M. ˁA. Yusūf, al-Manṣūra (Egipto): Dār al-Wafāˀ, 1993, p. 330; Hanād ibn al-Sirrī, Kitāb al-zuhd, ed. ˁA. R. al-Faryūwāˀī, Kuwait: Dār al-Julafāˀ, 1985, p. 177, n.º 259; Ibn Abī Ḥātim, Tafsīr al-qurˀān al-ˁaẓīm musnadan ˁan rasūl Allāh wa-l-ṣaḥāba, ed. A. al-Ṭayyb, Riad: Maktabat Nizār, 1997, vii, p. 2298, n.º 12627; al-Ṭabarī, Tafsīr al-Ṭabarī. Ŷāmiˁ al-bayān fī taˀwīl āy al-qurˀān, ed. ˁA. M. al-Turkī, El Cairo: Dār Haŷar, 2001, xiv, p. 332; Abū Naˁīm al-Iṣbahānī, Ḥilyat al-awliyāˀ wa-ṭabaqāt al-aṣfiyāˀ, El Cairo: Maktabat al-Janŷī, 1996, iii, p. 290; Ibn Balbān. Ṣaḥīḥ ibn Ḥabbān bi-tartīb ibn Balbān, ed. Š. al-Arnāˀūṭ, Beirut: al-Risāla, 1993, xvi, p. 513; al-Šanqīṭī, Aḍwāˀ al-bayān fī īḍāḥ al-qurˀān bi-l-qurˀān, ed. B. Abū Zayd, Ŷadda (Arabia): Maŷmaˁ al-Fiqh al-Islāmī, s.f., iv, p. 163; al-Qurṭubī, al-Taḏkira, ii, p. 872; al-Suyūṭī, al-Durr al-manṯūr, ix, p. 97.
([81]) Alusión coránica: «¡Luchad por Dios como Él se merece!» [22: 78]. En el hadiz: «El verdadero combatiente es quien se combate a sí mismo», al-Tirmiḏī, Faḍāˀil al-ŷihād, bāb mā ŷāˀ fī faḍl man māt murābiṭan, n.º 1621.
([82]) Versos parecidos se encuentran, Ibn ˁArabī, al-Futūḥāt, i, p. 278; al-Qurṭubī, Taḏkira, ii, p. 880. Véase también al-ˁAŷlūnī, Kašf al-jafāˀ wa-muzīl al-iltibās ˁammā ištuhira min al-aḥādīṯ ˁalà alsinat al-nās, ed. Y. Ḥ. Aḥmad, Damasco: Maktabat al-ˁIlm al-ḥadīṯ, 2000, i, p. 54, n.º 76, y del mismo tomo, p. 412, nº. 168. En Uns al-waḥīd, dice Abū Madyan: «Los cautivos son tres: cautivo del alma, cautivo de lo apetecible y cautivo de la pasión», p. 77.
([83]) Alusión al hadiz: «El musulmán es hermano del otro musulmán: no le traiciona, engaña, decepciona. Cada musulmán es sagrado para sus semejantes: su honor, riqueza y sangre. La piedad reside aquí (corazón). Es suficiente mal para un hombre despreciar a su hermano», al-Tirmiḏī, al-Birr wa-l-ṣila, bāb mā ŷāˀ fī šafaqat al-muslim ˁalà al-muslim, n.º 1927.
([84]) Alusiones coránicas sobre la advertencia de la injusticia, véase, por ejemplo: «Dios no ama a los impíos»[3: 140]; la hacienda de los huérfanos: «¡No toquéis la hacienda del huérfano, sino de manera conveniente…» [6: 152]; prohibición del vino: «¡Creyentes! El vino, el maysir, las piedras erectas y las flechas no son sino abominación y obra del Demonio» [5: 90]. En el hadiz: «…Dios altísimo prohibió el vino. Quien escucha esta aleya, y aún guarda algo de él, no bebe…», Muslim, al-musāqa, bāb taḥrīm bayˁ al-jamr, n.º 1578. Los hagiógrafos afirman que Abū Madyan contestaba siguiendo las directrices del imán Mālik, al-Muwaṭṭaˀ, ed. M. ˁAbd al-Bāqī, Beirut: Dār Iḥyāˀ al-Turāṯ, 1985, kitāb al-ašriba, bāb taḥrīm al-jamr, ii, p. 845.
([85]) Alusión coránica: «… ¡Evitad la contaminación que viene de los ídolos! ¡Evitad el decir falsedades!» [22: 30]. En el hadiz: «…¿Os dirá cuáles son las faltas mayores?... “…decir falsedades, prestar falso testimonio…”, y no dejó de repetir hasta que deseamos que se parara», al-Bujārī, Kitāb al-šahadāt, bāb šahādat al-zūr, n.º 5631 y Muslim, al-Īmān, bāb al-kabāˀir wa-akbaruhā, n.º 87.

Respecto de la injuria a las honestas: «A quienes difamen a las mujeres honestas sin poder presentar cuatro testigos…» [24: 4], « Malditos sean en la vida de acá y en la otra quienes difamen a las mujeres honestas, incautas pero creyentes» [24: 23]. Advertencia sobre las calumnias: «¡Creyentes! ¡Evitad conjeturar demasiado! Algunas conjeturas son pecado. ¡No espiéis! ¡No calumniéis! ¿Os gustaría comer la carne de un hermano muerto? Os causaría horror...» [49: 12] y «¡No obedezcas a ningún vil jurador, al pertinaz difamador, que va sembrando calumnias» [68: 10-11].

([86]) Alusión coránica: «¿No han ido por la tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores? [40: 82].
([87]) La expresión de asombro: ¡Qué extraño! (yā ˁaŷaban) para denotar la contradicción con las leyes generales del objeto a que aquella palabra se aplica, expresión harto repetida en la poesía de Abū al-ˁAtāhiya, especialmente de tono ascético, véase «al-Urŷūza ḏāt al-amṯāl», véase Ašˁāruh wa-ajbāruf, pp. 444-65, esp. (línea 257) y poema, n.º 18, p. 486. Véase el verso de Ibn ˁArabī acerca de un predicador (wāˁiẓ) llamado ˁĪsà: «!Qué extraño! ¿Cómo dejas muerto al corazón // y la vida de los corazones está en tus palabras?», Dīwān, p. 47.
([88]) Alusión coránica: ¿O creéis que vais a entrar en el Jardín antes de pasar por lo mismo que pasaron quienes os precedieron?...» [2: 214].
([89]) El sendero (al-ṣirāṭ) es un puente de pelo finísimo que cada persona debe pasar el día del Juicio para poder entrar al Jardín. Existen hadices que hacen referencia al respecto: «El lema de los musulmanes al pasar el sendero…», al-Tirmiḏī, Ṣifat al-qiyāma, n.º 2432; y sobre las pesas, véase el Corán: «La pesa ese día será la Verdad. Aquéllos cuyas obras pesen mucho serán los que prosperen» [7: 8]. En el hadiz: «… frases fáciles de repetir, pero muy pesadas en la balanza…», al-Bujārī, Kitāb al-daˁwāt, n.º 6406. El segundo hemistiquio emplea terminología coránica: «¡Por el monte! ¡Por una Escritura, puesta por escrito en un pergamino desenrollado (manšūr)» [50: 1-3]. Sobre este aspecto, véase al-Gazālī, al-Iḥyāˀ, ṣifat al-mīzān wa-l-ṣirāṭ, pp. 1906-13.
([90]) Alusión coránica: «el día que el hombre huya de su hermano, de su madre y de su padre, de su compañera y sus hijos varones, ese día, cada cual tendrá bastante consigo mismo» [80: 34-7].
([91]) El primer hemistiquio es una alusión coránica: «mientras que quien haya temido comparecer ante su Señor y preservado su alma de la pasión» [79: 40]. El verso entero alude a algunos máximas de Abū Madyan respecto a las reglas del compañerismo: «Lo más perjudicial es acompañar a un sabio distraído, sufí ignorante o predicador hipócrita», «guárdate de acompañar a los innovadores para el bien de tu religión», «mezclarse con los innovadores conlleva la muerte del corazón», Uns al-waḥīd, pp. 72, 78, 87.
([92]) Alusión coránica: «… no sigáis las pasiones de una gente que ya antes se extravió, extravió a muchos y se apartó del recto camino» [5: 77].
([93]) Alusión al poema en letra «rāˀ» de Abū Madyan: «El gozo de la vida solo se encuentra en la compañía de los fuqara…», véase Tres textos sobre el compañerismo, tr. A. Shafik, pp. 83-5.
([94]) Alusión al hadiz: «…recordad con insistencia el espantagustos, la muerte…», al-Tirmiḏī, Ṣifat al-qiyāma, bāb ḥadīṯ akṯirū min ḏikr hāḏim al-laḏḏāt, n.º 2460. Un hadiz débil: «Mensajero de Dios, ¿infórmame acerca de la ascesis? Contestó: “ˁAlī, ten presente el último día en tu corazón, la muerte delante de tus ojos y tu comparecencia ante Dios”», Ibn ˁIrāq al-Kinānī, Tanzīh al-šarīˁa al-marfūˁa ˁan al-ajbār al-šanīˁa al-mawḍūˁa, ed. ˁA. W. ˁAbd al-Laṭīf y ˁA. al-Ṣaddīq, Beirut: Dār al-Kutub al-ˁIlmiyya, 1981, p. 30; Mawsūˁat al-aḥādīṯ wa-l-āṯār al-ḍaˁīfa wa-l-mawḍūˁa, ed. ˁA. al-Ḥalabī y otros, Riad: Maktabat al-Maˁārif, 1999, vi, p. 475, n.º 15929. Compárese este verso de Umayya ibn Abī al-Ṣalat (m. 626 aprox.): «Mantén la muerte delante de tus ojos y ten cuidado de las desgracias de la vida, vaya desgracias», Dīwān, ed. S. al-Ŷabīlī, Beirut: Dār Ṣādir, 1998, p. 96.
([95]) Alusión al hadiz: «Cuando un muerto es enterrado, llegan dos ángeles, uno negro y el otro azul, que son llamados al-Munkar y al-Nakīr…», al-Tirmiḏī, Kitāb al-Ŷanāˀiz, bāb mā ŷāˀ fī ˁaḏāb al-qabr, n.º 1071. Véase también al-Gazālī, Iḥyāˀ, pp. 1882-88.
([96]) Este y el siguiente verso aluden a un hadiz citado por Ibn Abī al-Dunyā: «¿Qué será de ti, ˁUmar, cuando te vengan los dos interrogadores de la tumba (Munkar y Nakīr) escarbando la tierra con sus colmillos, arrastrando sus cabellos, con sus ojos como relámpago arrebatador, y sus voces como trueno ensordecedor, y con un látigo tan pesado que si el mundo entero se reuniera para levantarlo, no serían capaces? …», Kitāb al-qubūr, ed. Ṭ. al-ˁAmūdī, Riad: Maktabat al-Gurabāˀ al-Aṯariyya, 2003, n.º 54 (anexo), p. 223. Aquí emplea también terminología coránica: «El relámpago les arrebata casi la vista» [2: 20].
([97]) Verso ausente en el Dīwān.
([98]) Alusión coránica: «Dios confirma con palabra firme a quienes creen, en la vida de acá y en la otra» [14: 27].
([99]) Verso ausente en el Dīwān. Alusión a la terminología coránica, maqāmiˁ ‘focinos’: «se emplearán en ellos focinos de hierro» [22: 21].
([100]) Alusión coránica: «El día que les congreguemos a todos…» [6: 22]. En el hadiz: «El sol se aproximará a las criaturas el día del Juicio, hasta que esté tan cerca como una milla», Muslim, Kitāb al-Ŷanna, bāb fī waṣf yawm al-qiyāma, n.º 2864. Véase también Ṣifat arḍ al-maḥšar wa-ahluh wa-ṣifat al-ˁaraq min šiddat al-ḥarr, al-Gazālī, Iḥyāˀ, pp. 1898-1900.
([101]) Alusión al hadiz: «Este fuego que encendéis es una setentava parte del fuego del infierno…», al-Tirmiḏī, Ṣifat ŷahannam, bāb mā ŷāˀ anna nārakum haḏihi ŷuzˀan min nār ŷahannam, n.º 2589
([102]) Alusión al hadiz: «Los pies del siervo no se moverán, el día del Juicio, hasta que se le haya preguntado sobre cuatro asuntos: ¿cómo aprovechó su vida? ¿Qué hizo con su conocimiento? ¿De dónde adquirió el dinero y en qué lo gastó? ¿En qué invirtió su salud?», al-Tirmiḏī, Ṣifat al-qiyāma, bāb fī al-qiyāma, n. º 2417.
([103]) Alusión coránica: «Ese día sellaremos sus bocas, pero sus manos Nos hablarán y sus pies atestiguarán lo que han cometido» [36: 65].
([104]) Alusión coránica: «Os hemos prevenido contra un castigo cercano, el día que el hombre medite en sus obras pasadas y diga el infiel: “¡Ojalá fuera yo tierra!”» [78: 40].
([105]) Alusión coránica: «ése será, entonces, un día difícil, para los infieles, no fácil» [74: 9-10]. Abū al-'Atāhiya tiene veros similar: «El día del Juicio es un día difícil…», Ašˁāruh, p. 537.
([106]) Falta en el Dīwān. Alusión coránica: «Se dirá: “Hoy os olvidamos Nosotros, como vosotros olvidasteis que os llegaría este día…”». [45: 34] y «Se acerca el momento en que los hombres deban rendir cuentas, pero ellos, despreocupados, se desvían. Cuando reciben una nueva amonestación de su Señor, la escuchan sin tomarla en serio, divertidos sus corazones…» [21: 1-3].
([107]) Alusión coránica: «Todo, grande o pequeño, está consignado» [54: 53].
([108]) El primer hemistiquio es alusión: «Cada uno gustará la muerte…» [3: 185]. Sobre la resurrección: «…pero no recibiréis vuestra recompensa íntegra hasta el día de la Resurrección…» [3: 185] y « Esto es así porque Dios es la Verdad, devuelve la vida a los muertos y es omnipotente. Es que la Hora llega, no hay duda de ella, y Dios resucitará a quienes se encuentren en las sepulturas.» [22: 6-7].
([109]) Falta en el Dīwān.
([110]) Alusión coránica: «Estas cosas te traían sin cuidado. Te hemos quitado el velo y, hoy, tu vista es penetrante» [50: 22].
([111]) Alusión coránica: «Tienen corazones con los que no comprenden, ojos con los que no ven…» [7: 179].
([112]) Este verso y los tres siguientes faltan en el Dīwān.
([113]) El primer hemistiquio es alusión al hadiz: «Apresúrense a realizar buenas obras antes de que lleguen las tentaciones como parte de la negra noche, cuando el hombre sea un creyente por la mañana y un incrédulo por la noche, o un creyente por la noche y un incrédulo por la mañana, vendiendo sus convicciones religiosas por bienes mundanos», Muslim, Kitāb al-Īmān, bāb al-ḥaṯṯ ˁalà al-mubādara bi-l-aˁmāl…, n.º 118. El segundo hemistiquio: «… La vida de acá no es más que falaz disfrute» [3: 185].
([114]) En las máximas de Abū Madyan: «Quien no encuentra una reprimenda en su corazón, está arruinado», Uns al-waḥīd, p. 75.
([115]) Alusión coránica: «¿Mandáis a los hombres que sean piadosos y os olvidáis de vosotros mismos…» [2: 44]. En una máxima de Abū Madyan: «Alma mía, ¡atención!, para ti va la exhortación», Uns al-waḥīd, p. 82. En la biografía de Abū al-Rabīˁ Sulaymān al-Maṣmūdī, encontramos: «Se exhortaba a sí mismo y controlaba con suma atención su estado», al-Sirr al-maṣūn, p. 47. Abū al-ˁAtāhiya recita: «Predicador de la gente, te conviertes en culpable // al criticar actos que tú mismo cometes», Ašˁāruh, p. 425.
([116]) Alusión coránica: «¡Creyentes! ¡Preocupaos de vosotros mismos! Quien se extravía no puede dañaros, si estáis en la buena dirección…» [5: 105]. Ibn al-ˁArīf insta: «Ocúpate de ti mismo y olvídate de los demás», Miftāḥ al-saˁāda, p. 138 (tr. esp. 272).
([117]) Falta en el manuscrito de Trípoli. Alusión coránica: ¿Mandáis a los hombres que sean piadosos y os olvidáis de vosotros mismos, siendo así que leéis la Escritura?» [2: 44].
([118]) Alusión coránica: «¡Creyentes! ¿Por qué decís lo que no hacéis? Dios aborrece mucho que digáis lo que no hacéis» [61: 2-3]. Abū Madyan apela “al alma” mediante el vocativo, recurso repetidamente empleado en la poesía de Abū al-ˁAtahiya, Véase Ašˁāruh, pp. 345, 377, 395, 417.
([119]) Este verso y los tres siguientes faltan en el Dīwān.
([120]) En las máximas de Abū Madyan: «Quien se engalana con lo fugaz, es vanidoso» y «Buscar estar por encima de la gente es la causa de la perdición», Uns al-waḥīd, pp. 73, 78.
([121]) al-hāšimī o hachemita, es un clan árabe de Meca, al cual pertenece el Profeta.
([122]) Aquí terminan los versos del Dīwān.


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