Resumen: El presente artículo tiene como objetivo presentar por primera vez una traducción a una lengua europea, el castellano, de la Maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’ de Abū Madyan. Se trata de una obra poética compuesta por 120 versos, dedicada a la exhortación piadosa (al-waˁẓ). El texto se enfoca principalmente en lo religioso, partiendo del Corán y la tradición del Profeta, para la edificación de los asistentes. La traducción se acompaña de un conciso comentario histórico y literario con el fin de dar una visión global de la prédica aplicada en al-Andalus y el Magreb, y asimismo mostrar el estado presente de los estudios que la Maqṣūra ha originado.
Palabras clave: Abū Madyan,Siglo XII,Al-Andalus,Magreb,Admonición.
Abstract: : This article aims at presenting, for first time, a translation into an European language, Spanish, of Maqṣūrat al-jawhara ‘the Pearl’ of Abū Madyan. It is a poetic work consisting of 120 verses, dedicated to the pious exhortation. The text focuses primarily on religion, based on the Koran and the tradition of the Prophet, for attendees building. The translation is accompanied by a concise historic and literary commentary. Its main purpose is providing readers with a general overview of preaching, applied in al-Andalus and the Maghreb. Likewise, the present state of studies that the Maqṣūra has originated.
Keywords: Abū Madyan, 12th Century, Al-Andalus, Maghreb, Admonition.
ملخص: يسعى هذا البحث إلى تقديم ترجمة إسبانية لـ »مقصورة الجوهرة « لأبي مدين، فهي أول ترجمة إلى لغة أجنبية. هي قصيدة وعظية يصل عدد أبياتها إلى 120 بيتاً. وانصب اهتمام الشيخ أساسا على القرآن الكريم والحديث في عرض أفكاره بهدف تربية رواد مجلسه. وسنعالج هذا الموضوع من خلال تمهيد ومحورين: نبسط التمهيد للتعريف بصاحب المقصورة، والكشف عن أسلوبها الأدبي. ونفرد المحور الأول لعرض نبذة تاريخية ميسرة عن حركة الوعظ في المغرب والأندلس. ونخصص المحور الثاني لترجمة النص، وقد أعملنا جهدنا في تتبع مختلف المصادر التي وقف عليها الشيخ.
الكلمات المفتاحية: أبو مدين, القرن الثاني عشر الميلادي, الأندلس, المغرب, وعظ.
Artículos
Poema de exhortación piadosa: Maqṣūrat al-ŷawhara de Abū Madyan. Traducción y notas
Publicación: 30 Enero 2016
Ahmed SHAFIK*
Universidad de Oviedo
El texto que aquí se traduce enteramente es una obra poco conocida de Abū Madyan. Se trata de un poema de exhortación piadosa, admonición o waˁẓ. El maestro andalusí-magrebí es uno de los sufíes, capaz de reflejar su doctrina tanto en verso como en prosa. En efecto, cultivó creativamente la poesía, apoyado en su conocimiento de corrientes poéticas y literarias, tanto populares como cultas, empleando un modelo de lenguaje especialmente eficiente para la transmisión de su experiencia vivencial. Con un mejor conocimiento de la historia del sufismo, fue Abū Madyan quien, al contrario de la opinión de F. Corriente, se mostró como un pionero al introducir en su obra poética la moaxaja y el zéjel en el campo místico([1]).
Alejado del carácter espiritual que caracteriza la mayoría de su obra poética, Abū Madyan aquí hace las veces de un wāˁiẓ ‘maestro/predicador’, lo suficiente preparado y maduro para revivificar los sentimientos religiosos de los asistentes. Entre los temas tratados en maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’, fundamentalmente religiosos, destaca el cumplimiento de las normas del Islam, la compañía de los sabios, la disciplina ascética y el interés por el estudio. Muchas otras cuestiones cobran carta de naturaleza en este poema que brinda diversos ejemplos de la práctica de piedad, pero en este trabajo me restringiré a ofrecer la traducción del texto, a cuyas notas remito al lector.
En otros estudios he tratado con pormenores la biografía de Abū Madyan([2]). Nació hacia el año 509/1115-16 a orillas del Guadalquivir, en la fortaleza de Cantillana, al noreste de la ciudad de Sevilla. Buena parte de su vida transcurrió en Bugía, una ciudad situada en la costa argelina, donde propagó sus enseñanzas. En 589/1193, murió cerca de Tremecén (Argelia), ciudad que se ha convertido en centro espiritual, donde se formaron ilustres sufíes que siguieron la huella del maestro sevillano.
Sus principios doctrinales tuvieron una influencia de gran envergadura en el pensamiento sufí, según la información transmitida por los hagiógrafos contemporáneos, las fuentes posteriores, y especialmente los comentarios de Ibn ˁArabī (m. 1165/1240), que se declara seguidor de sus enseñanzas y uno de sus discípulos indirectos([3]).
La obra poética del maestro de Bugía fue objeto de varias ediciones, reimpresiones, traducciones y estudios al menos desde el año 1938([4]). Pero no fue hasta el año 2011, cuando Q. Suˁūd y S. al-Qurašī editaron por primera vez Maqṣūrat al-ŷawhara, a base de un solo manuscrito, núm. 6921 , de al-Jizāna al-Ḥasaniyya en Rabat([5]). Su publicación no ha despertado el interés de los estudiosos. Unos años después, tuve la oportunidad de hallar en Trípoli (Libia) otro manuscrito de la Maqṣūra, más completo, que aporta otros 14 versos. Este hecho me motivó para realizar una nueva edición crítica que amplía el texto y también inscribe las fuentes y paralelismos, incluye concisas notas sobre citas coránicas, hadices y personajes, ausentes en el poema ya publicado, y se anotan las variantes([6]).
Sobre la autoría de Abū Madyan, no hay sombra de duda de su autenticidad, conforme bien expone la entrada al poema: «Esta es una maqṣūra del šayj, el gnóstico, Sīdī Abū Madyan»([7]).
La práctica de prédica y exhortación ha gozado de un desarrollo significativo en el Oriente islámico([8]). La producción escrita de la actividad no solo se limita a ulemas, ascetas y místicos([9]), sino que incluye también a célebres literatos([10]). De estos escritos, basados fundamentalmente en el Corán, colecciones de hadices y transmisiones de compañeros del Profeta e insignes sabios de época temprana, se desprende una exhortación a la dedicación a la vida de piedad, virtud, ejemplos de conducta, ascesis, con constante mención al premio del paraíso y al castigo del infierno. Para llevar a cabo esta práctica, los predicadores, desde una perspectiva pedagógica, emplean insistentemente el procedimiento de al-targīb wa-l-tarhīb ‘motivación e intimidación’, procedimiento que se ha convertido en género propio en la literatura de índole religiosa([11]).
Según los datos ofrecidos por la literatura hagiográfica y los repertorios bibliográficos en al-Andalus y el Magreb, se aprecia la existencia de diversos virtuosos, calificados de wāˁiẓ (pl. wuˁˁāẓ) y se hace mención expresa a su pensamiento religioso([12]). Bien sabido es que Abū Madyan ejercía la función de wāˁiẓ en las reuniones de prédica, sistemáticamente organizadas en su zagüía, conocida localmente como rābiṭat al-Zayyāt, incluso en su propia casa, invitando a la multitud al arrepentimiento y conversión (al-tawba wa-l-ināba)([13]).
Tres siglos antes, el libro de Riyāḍ al-nufūs [Jardín de almas] da constancia de la actividad de los predicadores del norte de África. Sirva de ejemplo, Saˁīd ˁAbd al-Salām Saḥnūn (m. 240/854), autoridad de la doctrina mālikī en el Magreb, conocido por sus exhortaciones, vida austera y adhesión al rábida de al-Mustanīr, cerca de Susa. Muchos de sus adeptos fueron célebres por exhortación y ascesis. Entre ellos, sobresalen dos poetas alfaquíes, Aḥmad ibn Abī Sulaymān Dāwūd al-Ṣawwāf (m. 291/903) y Abū ˁAbd Allāh Muḥammad ibn Zarzar, muerto en el mismo año([14]).
Al-Tamīmī redacta tres biografías de predicadores, de los cuales recibió educación espiritual en Fez, sin mencionar el año de defunción: primero, el alfaquí Abū ˁAbd Allāh Muḥammad ibn Yabqà: «Recita poesía acerca de la ascesis, escrupulosidad y exhortación piadosa»([15]); segundo, ˁAmmūr al-Baṭṭāṭ: «Enseñaba el libro de Iḥyāˀ [Revitalización] explicándolo al modo de los sufíes. Fue también un predicador del cual se recibe exhortaciones»([16]); y por último, Abū ˁAlī al-Jarrāṭ: «Tanto los alfaquíes como los ulemas de su tiempo le veneraban y escuchaban sus exhortaciones»([17]).
Al-Ṭāhir al-Sadafī ofrece la biografía de un predicador de su época en el Magreb, su nombre es Abū al-ˁAbbās Aḥmad ibn ˁUbayd Allāh, conocido como al-Fāyada (m. ¿?). Dice de él: «Se dedicaba a predicar la ascesis y los relatos que suavizan el corazón (al-raqāˀiq). Exhortaba a la multitud en su mezquita»([18]). Ibn al-Zayyāt al-Tādilī, por su parte, recoge la biografía de algunos predicadores que ejercían su actividad en varias rábidas. En la rábida de Šākir, predican Abū Mahdī ibn Ŷilldāsn (m. 560/1164 aprox.) y Abū Muḥammad Tīliŷī (m. 605/1208)([19]); en la rábida de ˁAraba, Abū Walŷūṭ (m. 608/1211 aprox.)([20]); en el monte de Raŷrāŷa, Abū Zakaryā ibn Yaḥyà ibn ˁAlī al-Zawāwī (m. 611/1215), que reducía sus admoniciones a la mención del infierno y los horrores del día del Juicio, hasta que Abū Madyan le recomendó: «No hagas que el público se desespere, y recuérdale la buena retribución de Dios»([21]); en la mezquita del alcázar, los viernes, Ibn al-Ḥaŷŷām al-Wāˁiẓ (m. 614/1217)([22]); y por último, la audiencia de Abū Isḥāq al-Mayūrqī al-Wāˁiẓ en Fez([23]).
En un pasaje interesante, Ibn al-ˁArīf nos habla de los predicadores itinerantes en al-Andalus, arrojando luz sobre su formación científica y su cultura religiosa:
[Un compañero] se había encontrado con una comunidad espiritual (qawm) en uno de los llanos desiertos, a los que no se les prestaba atención cuando entraban en los pueblos, no se les conocía de nada, tan solo se dedicaban a la plegaria (duˁāˀ) para el bien de los musulmanes. Me habló sobre uno de ellos que memorizaba el libro de al-Bazzār([24]) sin escapársele ni una palabra y conocía perfectamente la ciencia de la lengua árabe y las lecturas [coránicas] (ˁilm al-ˁarabiyya wa-l-qirāˀāt), la ciencia de los dictámenes (ˁilm al-fatāya) de la escuela (maḏhab) de Mālik([25]) hasta especializarse en este campo de saber. Todos son doctos en la ciencia de los estados (aḥwāl), moradas (maqāmāt), indicios de los comienzos y finales, los diversos preceptos y el aislamiento para dedicarse a rezar por la gente con misericordia y presencia divinas([26]).
Es importante también tener muy presente la introducción de la literatura de exhortación piadosa de origen oriental que debió de influir sobremanera en el desarrollo de este género([27]). Valgan un par de ilustraciones, el primer ejemplo alude a la emulación y comentarios de un poema de Abū al-ˁAlāˀ al-Maˁarrī, titulado Malqà al-sabīl [Encuentro de caminos]([28]); y el segundo, la imitación de las prédicas de Ibn al-Ŷawzī (m. 597/1116) transmitidas en al-Andalus por el célebre viajero valenciano, Ibn Ŷubayr (m. 6 1 4/1217), quien frecuentó sus sesiones en Bagdad([29]). Uno de sus imitadores fue Abū al-Mutarrif ibn ˁAmīra al-Majzūmī (m. 658/1259), como bien reflejan las palabras de al-Marrākūšī (m. 703/1303): «Tiene escritos de exhortación piadosa al modo de Abū al-Faraŷ ibn al-Ŷawzī»([30]).
Para concluir este apartado, es importante recordar que esta actividad de exhortación piadosa no reglamentada, en contraposición a la que se realizaba en las mezquitas en ciertas ocasiones, como la oración del viernes, suscitaba recelo y desconfianza en los ulemas más estrictos. En efecto, los gobernantes temían que esta clase de admoniciones adquiriesen una funcionalidad política que sirviera de respaldo a un nuevo papel social para el predicador en contra del poder establecido([31]).
Maqṣūrat al-ŷawhara de Abū Madyan es, fundamentalmente, un poema dedicado a la admonición y guía (al-waˁẓ wa-l-iršād), una clase de discurso religioso que habría alcanzado cierto esplendor en el occidente islámico, como queda dicho antes. Se trata de una colección de sabiduría condensada, avisos y exhortaciones en verso, generalmente breves y fáciles de recordar, con el fin de guiar rectamente al auditorio.
La sabiduría que predica Abū Madyan viene de la tradición profética, su principio es el temor de Dios, forma al común de los fieles y procura la felicidad en esta vida y en la otra. Los temas más diversos son abordados sin concierto y con reiteraciones: ordenar el bien y prohibir el mal, desdén hacia el mundo y sus vanidades, ascesis, etc. El maestro de Bugía propone una aplicación moral que sirve de reglas de conducta, se muestra fervoroso del culto e insistente en la búsqueda de la sabiduría. Se siente enormemente orgulloso de los eruditos musulmanes; se detiene sobre todo en los tradicionistas y los maestros sufíes y recuerda sus instrucciones y enseñanzas. Pone el acento también en la fe en una retribución de ultratumba, y esta fe estará adherida a la creencia en la resurrección de los muertos, ya que en la visión tradicional del Islam, afín en gran medida a la mentalidad de los beduinos árabes, no concibe una vida del espíritu separado del alma carnal. Por tanto, los fieles, rodeados de toda suerte de placeres, disfrutarán eternamente junto a Dios y Su Profeta, y los impíos, a la inversa, recibirán un castigo ejemplar.
El papel del wāˁiẓ ‘predicador’ depende considerablemente del dominio de la técnica oratoria y de su capacidad para cautivar la atención a base de uno de los recursos coránicos, conocido en la retórica árabe como antítesis: al-targīb wa-l-tarhīb ‘motivación e intimidación’, o lo que es lo mismo, al-waˁd wa-l-waˁīd ‘promesa y amenaza’, a saber, despertar el anhelo (a los placeres del paraíso) e infundir miedo (por el castigo del infierno). Lo que viene a ser en lenguaje más desarrollado en la vía sufí, al-jawf wa-l-raŷāˀ ‘temor y esperanza’([32]). La antítesis dibuja el diseño interior del poema y se adiciona a la comparación. Es un recurso magistralmente empleado en la Maqṣūra. Ostenta carácter marcadamente parenético y práctico.
Parece evidente de la lectura del poema que Abū Madyan enfoca su exhortación apoyándose en el Corán y en la tradición del Profeta, corpus alrededor del cual crea y desarrolla la experiencia religiosa. Las admoniciones son un collar de perlas en cuyo brillo trasluce tanto la espiritualidad del Šayj como su arquetipo y noción de la vida religiosa, estrechamente vinculada a la ascesis. En efecto, la Perla de Abū Madyan nos proporciona nutridos datos acerca de su aprendizaje, formación religiosa y espiritual, cultura literaria, y especialmente, sus lecturas. Para citar solo unos ejemplos, referencias de al-Muwaṭṭaˀ (Camino fácil) del imán Mālik (m. 179/795), Iḥyāˀ ˁulūm al-dīn [Revitalización de las ciencias de la religión] de al-Gazālī (m. 505/1111), versos inspirados en Abū al-ˁAtāhiya (m. 211/826) e Ibn al-ˁArīf (m. 536/1141), y reminiscencias de otros escritos de Abū Madyan. Todo esto contribuye en la elaboración de la Maqṣūra. Este punto de las fuentes, tan importante, quedará exhaustivamente señalado en las notas a pie de página.
Ofrezco aquí una posible división de la obra, habida cuenta de que Abū Madyan no establece ningún orden en la exposición, y en algunos versos aparece más de un tema:
El recorrido que hemos diseñado para el presente trabajo, pasando por la vida del Abū Madyan, el movimiento de los predicadores (al-wuˁˁāz) en el occidente islámico, y por la temática de Maqṣūrat al-ŷawhara ‘la perla’, demuestra que el tema de la exhortación piadosa (al-waˁẓ) está directamente afín al programa de prédica del Šayj. La obra hunde sus raíces tanto en el Corán como la tradición del Profeta. Se hace eco de la expresión coránica con su terminología e imágenes, a los que Abū Madyan alude con profusión. La Maqṣūra cobra una importancia significativa por dos razones: 1) la capacidad creadora del Šayj de Bugía al emplear el recurso de la intertextualidad en el género poético, especialmente de índole antónima, remitiendo continuamente a aleyas concretas con esmero cuidado; 2) una vez más se puede comprobar la relevancia de Abū Madyan. Sabe reflejar a la perfección el mensaje, utilizando aquí un lenguaje accesible a un público más amplio, y no solamente a los sufíes, lo que confirma el gran número de sus adeptos. Pero al mismo tiempo, plantea el problema de la posibilidad de un discurso reformador, lo que sin duda suscitó la sospecha del régimen almohade.
A continuación daremos paso al trasvase del poema. Para la traducción del texto se hace uso de mi edición crítica, publicada en la revista Alhadra, edición que cuenta con el manuscrito de Trípoli occidental, n. º 48 , conservado en Maktabat al-Awqāf, junto a la reciente edición del Dīwān([33])
[1/a] Abū Madyan Šuˁayb al-Gawṯ dijo:
1. Maqṣūra que llamé la Perla,
pulimento para mentes oxidadas([34]).
2. No tomes por compañero
salvo a quien te guíe al buen camino.
3. No te fíes de la vida,
es un veneno mortal que no tiene cura([35]).
4. Quien con ansia la desea,
no se espera su mejora y salvación.
5. Quien no practica la ciencia y el saber
a los insectos de la tierra se parece.
6. Quien no pide consejo a los sabios y piadosos,
de arrepentimiento arde su interior([36]).
7. Quien no aparta la vista de lo prohibido,
en su corazón no hallará más que oscuridad([37]).
8. No tenemos morada sino las letras,
ni saber que el permitido([38]).
9. Guarda las provisiones para una tumba solitaria,
donde el hombre pierde lo conseguido.
10. Haz buenas obras para el día del Fallo,
serás recompensado en la muerte y el encuentro con Dios([39]).
11. Hermano, aférrate al arrepentimiento, paciencia,
silencio, ayuno y vigilia([40]).
12. Aférrate al retiro y la reflexión
para no decir lo que sufrimiento origina([41]).
13. La muerte de repente viene,
bien por la mañana o al final de la noche([42]).
14. Arrepiéntete del pasado y toma la iniciativa
para lo que te queda de una vida en curso.
15. Despiértate, tú que duermes, distraído,
busca el conocimiento y medita([43]).
16. Sigue el camino del elevado por encima de la humanidad,
Muḥammad, el mejor Profeta enviado.
17. Joven, cuidado con descarrilar de su vía,
no hay peor que las innovaciones([44]).
18. Guárdate de la tacañería, envidia,
avidez, ilusión vana, soberbia([45]).
19. Ascesis y humildad son las mejores cualidades,
aférrate a los buenos modales y la generosidad([46]).
[1/b]
20. Toma como modelo a Maˁrūf al-Karjī, Sirrī,
Ibn Adham, puro y piadoso([47]),
21. Uways, Abū Yazīd,
al-Ŷunayd, ¡qué hombres tan leales!([48]).
22. Masrūq, luego Ṣāḥib al-Nūn,
Šiblī, Mālik, son puros([49]).
23. Ṯābit al-Banānī, Ibn Wāsiˁ,
Ḥabīb al-ˁAŷamī, tras ellos([50]).
24. Ṣāliḥ al-Marrī, Fatḥ al-Mawṣilī,
Sufyān, Ṭāwūs al-Yamāniyā([51]).
25. También Šaqīq, al-Munkadirī,
Manṣūr y Ḥāriṯ son célebres([52]).
26. Mālik y Šāfiˁī son distinguidos,
al-Ḥanafī, después Ibn Ḥanbal([53]).
27. Son los que captaron la luz
de aquel que más allá de toda luz brilló([54]).
28. El más noble que llevó una hembra
y el mejor ejemplo para quien procura el bien([55]).
29. Más generoso que la lluvia torrencial en la carestía,
más valiente que un león al enfrentarse al enemigo([56]).
30. Ruégale, cuando declaradas son las guerras
y hacen sus estragos.
31. Quien sigue sus huellas, estará seguro,
y perecido quien le desobedece.
32. Quien desobedece pide su intercesión,
quizá sea perdonado de sus culpas.
33. En la adversidad reconoce sus faltas,
implorando salvación gracias a su altura.
34. Después de eso, se cumplen sus deseos,
placeres del fondo del supremo paraíso([57]):
35. Atuendo, comida, bebida,
y también con bellas huríes se casa([58]).
36. Obtiene un gran éxito al vivir
junto al Profeta, el elegido.
37. Quien preserva el alma de sus pasiones,
logra la satisfacción de Dios el día de la Retribución([59]).
38. Quien adquiere el saber para ponerlo en práctica,
consigue el objetivo y de la hoguera se libra([60]).
[2/a]
39. Quien a sus padres obedece,
alcanza la buena complacencia en el paraíso([61]).
40. Quien a sus padres desobedece
y no se arrepiente, duro de corazón es([62]).
41. Quien hace la oración a tiempo,
rostros radiantes lucen e invitan al contento([63]).
42. Quien hace la oración a destiempo,
rostros hoscos apagados y arruinados([64]).
43. Quien ayuna en el calor y reza de noche,
satisface en el paraíso sus deseos([65]).
44. Quien no da el azaque por lo ganado,
su rostro y su espalda serán quemados([66]).
45. Quien presta juramento siendo relapso,
el fuego abrasará su rostro y le arrancará el cuero cabelludo([67]).
46. Quien no le importa de dónde procede su sustento,
tendrá su lugar en el infierno de Saqar, ¡malnacido!([68])
47. Quien no observa celosamente las leyes,
será reprochado y regañado en el más allá([69]).
48. Quien se despreocupa del arrepentimiento,
maldito está hasta el día de su muerte([70]).
49. Quien no deja de practicar la usura,
se agranda como una casa conforme expone la tradición([71]).
50. Quien no procede con intención libre
de vanidad, no logra sino fatiga([72]).
51. La causa es tu amor por una vida
que ante Dios vale menos que una ala de mosquito([73]).
52. Quien no es casto y fornica,
se convierte mañana en imponente montaña([74]),
53. corre y lame su pus
en presencia de todos por lo cometido([75]).
54. Quien no es sincero en sus palabras,
será un hipócrita de oficio([76]).
55. Quien mata a una persona sin motivo,
su morada será el infierno donde recibirá un castigo perpetuo([77]).
56. Le picarán serpientes y escorpiones,
setenta años, con un veneno mortal([78]).
57. Serpiente tan larga como caminar seis meses,
y escorpión como mes entero([79]).
58. Una culebra es como camello en magnitud,
escorpiones como mulos negros([80]).
[2/b]
59. Quien a sí mismo no se combate se extravía,
y no cesa de encaminarse a la ruina([81]).
60. Preservaos de cuatro enemigos:
alma, demonio, mundo y pasión([82]).
61. No perjudiques a un musulmán en su hacienda,
familia, honor y cuerpo([83]).
62. No seas injusto ni toques la hacienda del huérfano,
ni bebas vino, y estarás a salvo([84]).
63. Decir falsedades, difamar mujeres honestas,
calumniar, maldecir son faltas horrendos([85]).
64. ¡Por Dios!, envejecido, que esperas.
¿Hermano, de escarmiento no te sirven los antepasados?([86])
65. ¿Eres loco o tonto?
Pelo blanco y corazón negro.
66. No viste cómo la muerte demuele las casas
de los amantes y las convierte en ruinas,
67. los perturba pese a sus dominios,
deja huérfanos y viudas.
68. los arroja, después de tanta alegría,
en las entrañas de una estrecha y penosa tumba.
69. Quien busca el paraíso, ¿cómo se relaja
de servir al Señor? y ¿cómo duerme?
70. Quién teme el infierno, ¿cómo se ríe?
¡Qué extraño!, ¿cómo tranquilamente reposa?([87])
71. ¿Cómo podemos estar a salvo del gehena,
antes de morar en el altísimo Jardín?([88])
72. Detrás de nosotros, balanzas,
sendero y un libro desenrollado([89]).
73. No se acordará el hombre de su gente,
hasta que quede seguro de estos tres([90]).
74. No hagas caso a tu alma ni a un innovador,
ni acompañes a un ignorante([91]).
75. No imites a los extraviados, perdidos,
ni a los que te instigan a la vanidad([92]).
[3/a]
76. Acompaña a los sabios y perspicaces
para que te protejan de la ceguera, hermano([93]).
77. Mantén la muerte delante de tus ojos
para afrontar la pobreza y el sufrimiento([94]).
78. Recuerda la tumba, el terrorífico
horror de Munkir y Nakīr([95]).
79. Sus ojos son como un relámpago arrebatador,
sus voces, trueno retumbante([96]).
80. Vienen arrastrando sus cabellos
para preguntar al difunto en su tumba.
81. Asombrado queda el muerto al ver
a estos ángeles, y confuso se pone([97]).
82. Dios reafirma a los fieles
para contestar en esta vida y en la otra([98]).
83. Asombrado queda el desobediente,
y lo golpean con focinos de hierro y bastón ganchudo([99]).
84. Y después, reprensión, reunión,
calor de sol, cuando está cerca de las multitudes([100]),
85. calor que se multiplica por setenta,
y con el cual se cuece la cabeza de los desobedientes([101]).
86. Dios pregunta a todos los siervos
por cuatro asuntos, contémplalos([102]):
87. ¿cómo aprovechó su vida y los días
de su juventud? ¿qué hizo con su hacienda?
88. ¿qué hizo con el conocimiento adquirido?
Guarda las provisiones para poder contestar.
89. El Señor sus bocas sella,
y los sentidos hablan de las faltas([103]).
90. Ojalá esta creación fuera nada,
y jamás vieran el día del Juicio([104]).
91. Ese será un día difícil, temido
por los profetas y los ángeles cercanos([105]).
92. Por ignorancia lo tenemos olvidado.
¡Ay de nosotros!, corazones indiferentes por distracción([106]).
[3/b]
93. Todo lo que hiciste está consignado,
no se escapa ni grande ni pequeño([107]).
94. La muerte no perdona a nadie,
en la resurrección y la recompensa no cabe duda([108]).
95. Las faltas nos rodean,
las lloramos y jamás las revelamos([109]).
96. Nuestros ojos débiles no ven,
y los buenos caminos lastrados están por la inmundicia.
97. El amor por el mundo los alejó del buen camino,
en distracción nuestra vida transcurre([110]).
98. Nuestro oído desatiende al predicador
las indecencias le hicieron sordo([111]).
99. Pasamos el día tras el sustento,
y la noche en profundo sueño([112]).
100. Es una pérdida que se agravó
y llegó al extremo, bien entendida para los clarividentes.
101. Quien vende su religión por interés
en vida fugaz, desobedecerá([113]).
102. Quien la invierte en beneficio del prójimo,
estará en el bien más preciado.
103. Os indiqué la guía y el buen camino,
os advertí no hacer el mal y el daño.
104. Os ordené pero yo no cumplí,
os prohibí pero mi corazón no lo hizo([114]).
105. Exhorté a otros y a mí mismo debí aplicármelo
por haber abandonado el palacio de la buena orientación([115]).
106. Exhortar a otros es como una antorcha,
se quema a sí misma e ilumina a otros,
107. o como una piedra de afiliar la punta
de lanza pero ella no corta.
108. Ojalá hubiera cumplido lo ordenado
y lo prohibido en todo el pasado([116]).
109. Manda la piedad y se olvida de sí misma,
siendo así que lee la Escritura revelada([117]).
110. Alma mía, ¿por qué dices lo que no haces?
Es aborrecible que digas lo que no haces([118]).
[4/a]
111. Ojalá te esforzaras en tu salvación,
para ser inteligente([119]).
112. Abandona la vanidad, ábrete a la guía,
y sé sincera para acorralar a los enemigos([120]).
113. Este es un consejo que doy
a los sensatos, cabales,
114. y a todo musulmán deseoso
de un destino que le lleve al buen camino.
115. Con esperanza y pura plegaria,
reiteradamente pido a Dios altísimo,
116. al Profeta hachemita, Aḥmad([121]),
honrado por el sello de la profecía, el Islam y el éxito,
117. y a todos los musulmanes,
118. que Dios, el Creador, bendiga
al Profeta, el elegido, mar de piedad,
119. tantas veces como el número de Sus criaturas, en el cielo
y en la tierra, como los granitos de arena, plantas y piedrecillas;
120. que Dios bendiga a sus compañeros y familia,
son las estrellas que guían a los que viajan de noche.
Acabado el bendito poema al-ŷawhara, con el favor, ayuda y buen auxilio de Dios, copiado por Ḥasan Barˁwaydān al-Gayūrī, con el fin de exhortarse a sí mismo. ¡Alabado sea Dios! Amén.
Respecto de la injuria a las honestas: «A quienes difamen a las mujeres honestas sin poder presentar cuatro testigos…» [24: 4], « Malditos sean en la vida de acá y en la otra quienes difamen a las mujeres honestas, incautas pero creyentes» [24: 23]. Advertencia sobre las calumnias: «¡Creyentes! ¡Evitad conjeturar demasiado! Algunas conjeturas son pecado. ¡No espiéis! ¡No calumniéis! ¿Os gustaría comer la carne de un hermano muerto? Os causaría horror...» [49: 12] y «¡No obedezcas a ningún vil jurador, al pertinaz difamador, que va sembrando calumnias» [68: 10-11].