La cultura y la administración pública en época de retos globales: ¿Una agenda para la transformación y la consecución de objetivos ambiciosos?
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Resumen
La Agenda 2030 supone una relativa novedad en una época de retos globales porque introduce metas concretas que permiten una evaluación política global y constante hacía la consecución de un desarrollo sostenible. Persigue una ambiciosa transformación social con un enfoque bastante exhaustivo de sus objetivos pero es criticable su exigua referencia a la cultura. No obstante la carencia específica de una mención al universo cultural, no ha sido óbice para el reconocimiento del papel que la cultura tiene como eje transversal de innovación y cambio para la consecución de la agenda global a nivel institucional implicando en primer lugar a la ciudadanía y su sociedad civil, las empresas, las universidades, los gobiernos locales, etc. Así pues, a la cultura en todas sus declinaciones se le ha concedido un papel crucial en el desarrollo integral de nuestras sociedades pero todavía necesita una mayor legitimidad social que ha de venir en primer lugar de la administración pública y las instituciones para poder definir e incrementar el papel de las políticas públicas desplegando todo su potencial al servicio de la ciudadanía y de una agenda de desarrollo ambiciosa.