Prácticas editoriales en igualdad de género y lenguaje
Buenas prácticas editoriales en género y lenguaje
Cuadernos de Ilustración y Romanticismo promueve un uso no discriminatorio del lenguaje, que evite estereotipos y prejuicios de género, raza, clase, religión, identidad sexual o nacionalidad, o transmita sesgos de desigualdad tanto en los temas objeto de investigación como en el método y los instrumentos de la investigación misma. Se evitará la estigmatización o idealización de cualquier colectivo, así como la asociación abusiva de grupos humanos con determinados valores, oficios, ideologías o costumbres. El equipo de la revista velará por una presencia equilibrada de mujeres y hombres en todos los niveles de su funcionamiento. Las colaboraciones publicadas incluirán siempre el nombre de sus autores y autoras en la manera como cada cual decida consignarlo, con tal de que permita su correcta identificación individual mediante código ORCID o similar. Las referencias bibliográficas desarrollarán los nombres de pila para una fiel visibilización de su autoría.
En materia de lenguaje, es preciso no confundir el género gramatical (categoría que solo se aplica a las palabras), el género como constructo sociocultural (roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad y época determinadas atribuyen a cada sexo) y el sexo (diferenciación biológica en seres vivos). Nos adherimos en ese sentido al objetivo de las Naciones Unidas de “expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género” (https://www.un.org/es/gender-inclusive-language/index.shtml). La forma de alcanzar ese propósito ha de buscarse sin alterar la necesaria corrección gramatical y el buen estilo del lenguaje, tanto el común como el específicamente académico. La revista remite al Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo (https://www.rae.es/sites/default/files/Informe_lenguaje_inclusivo.pdf) y asume el objetivo de “que en nuestra sociedad se generalice el trato verbal respetuoso hacia hombres y mujeres, se impulse una educación igualitaria que conduzca a la desaparición de las expresiones degradantes u ofensivas dirigidas a cualquier persona por razón de su sexo o su condición social, desaparezcan las actitudes paternalistas hacia las mujeres (sin duda expresadas a través del lenguaje) y se afiancen las condiciones laborales y sociales que terminen con situaciones históricas de prolongada desigualdad”. Asume igualmente, del mismo informe, la necesidad de alcanzar ese fin sin “violentar otros postulados discursivos o pragmáticos, como los de equivalencia, adecuación, conveniencia, estética y, en especial, el principio de economía”. En virtud de estos criterios básicos, se excluye el recurso a fórmulas que alteren la morfología de la lengua, sean antieconómicas o carezcan de correspondencia oral: entre ellas, “les niñes”, “lxs niñxs”, “l@s niñ@s”, “los/as niño/as”. La duplicación, cuando se considere necesaria, no será sistemática y se hará sin emplear abreviaciones: “los niños y niñas” o “las niñas y los niños” y no ninguna de las formas anteriores u otras similares. Se recomienda alternar aleatoriamente el orden de los géneros en esos casos. Se evitará referirse a hombres y mujeres con distinto grado de formalidad o con tratamientos y fórmulas de respeto injustificadamente diferenciadas (por ejemplo, usar nombres de pila para las unas y apellidos para los otros).
La dirección de la revista solventará los conflictos que puedan presentarse con adecuación a estas buenas prácticas y respetando en la mayor medida posible la libertad de sus colaboradores.